Trabajador busca llegar a acuerdo con empresa constructora tras sufrir grave accidente laboral

El 6 de febrero pasado, la vida de José Raúl Erices Riquelme cambió para siempre. Hasta ese día, Erices se desempeñaba como trabajador de una empresa constructora que efectuaba faenas en el Barrio El Carmen, emplazado a la altura del kilómetro 1 del camino a Antuco.

La empresa que construye dicho condominio es la Inmobiliaria Kellun, mientras que la empresa contratista es Matuschka Arquitectos Ltda.

La mañana de ese sábado, Erices concurrió al lugar a fin de regar las murallas de las casas que se construían en el lugar para, posteriormente, guardar las escaleras que le permitirían desarrollar dicha función.

Sin embargo, aquel día sufrió un accidente laboral que lo dejó parapléjico tras caer desde una altura aproximada de 4 metros.

El día anterior, los trabajadores habrían recibido instrucciones del jefe de área de la constructora de sacar la totalidad de las escaleras que estaban siendo apoyadas en las casas del condominio en construcción ya que inspeccionarían los avances de las obras.

Éstas fueron dejadas a fin de que Erices pudiera realizar su trabajo, pero quedaron sin ser clavadas ni amarradas. El accidente laboral que afectó a Erices sucedió poco antes de terminar su trabajo; cerca de las 11:45 de la mañana comenzó a bajar del techo de una de las casas por una de las escaleras cuando –por desgracia- ésta se habría girado repentinamente cayendo de unos 4 metros de altura. Erices no tendría arnés de seguridad al momento de ocurrido el hecho.

El abogado de la oficina todoaccidente.cl, Mario Candia, quien actualmente ve la causa, detalló que a José nunca le fueron entregados los implementos de seguridad básicos que exige la ley para trabajos en altura.

Asimismo, tampoco conocería los riesgos a los cuales se enfrentaba ya que nunca le habrían entregado el reglamento de higiene y seguridad como obliga la ley.

“Hubo vulneración, negligencia a nuestro modo de ver tanto de parte de la inmobiliaria como del contratista y es lo que vamos a tratar de demostrar en juicio”, relató Candia.

Esta semana, en el Tribunal del Trabajo de Los Ángeles, se llevó efecto una audiencia reparatoria, donde se fijaron los plazos para llegar a un eventual acuerdo de 60 millones de pesos.

“Nosotros encontramos que no satisfacía los requerimientos de la familia y todo lo que se le viene por delante; tan así que incluso el trabajador tuvo que ser subido y ayudado por los propios funcionarios del tribunal hasta el segundo piso a la audiencia”, relató el abogado.

Asimismo, agregó que dicha situación seguirá repercutiendo en la vida de Erices por lo que el daño moral del trabajador vale más que el monto fijado en la audiencia.

Mientras que la empresa ofrecía 40 millones, la parte afectada no aceptó la compensación de 60 fijada por el juez como base para un eventual acuerdo.

Sin embargo, expresó que –como abogados de la familia- están dispuestos a conversar con la empresa involucrada a fin de llegar a un acuerdo antes del 2 de agosto próximo, fecha en la que quedó fijada la audiencia de juicio.

“Lo que busca la familia es resarcir en algo el daño causado; tal como lo establece la ley, quien ocasiona un daño tiene que indemnizarlo”, expresó el profesional.

En este caso, se trata de una persona que quedó parapléjica y que tiene dos hijos estudiando en la universidad y una hija aún en el colegio.

Por lo mismo, “le queda un buen trecho que solventar independiente del daño moral ocasionado de estar en silla de ruedas hasta el fin de sus días. Eso no tiene precio; o sea, salir sano de su casa y llegar en una silla de ruedas después de varios meses (...)”, sostuvo Candia.

Diario La Tribuna intentó contactarse con el abogado de la contraparte para conocer su postura en torno al caso; sin embargo, vía correo electrónico, sostuvieron que éste se está conociendo actualmente por el Juzgado del Trabajo de Los Ángeles por lo que declinaron referirse al tema.