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La celebración del 20 de enero en la cordillera

por La Tribuna

Fue una gruta instalada por una creyente que hizo una manda, en el patio de su casa, la que con el tiempo se convirtió en un pequeño santuario, con más de 30 años de tradición, y visitada por los fieles a San Sebastián.

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La celebración de San Sebastián es una tradición de años que, se celebra en el país, principalmente, en la comuna de Yumbel, de la provincia de Biobío, lugar en donde se encuentra el santo. Y cada 20 de enero llegan centenares de feligreses para pagar su manda, agradecer y celebrar esta fecha.

Si bien, la festividad de Yumbel es la más reconocida a nivel nacional, no es la única celebración del 20 de enero.

A unos 222 kilómetros de Yumbel, en la localidad cordillerana de Guayalí, ubicada en Alto Biobío, se realiza hace más de 30 años esta celebración, donde vecinos del sector, de lugares aledaños, incluso de otras comunas de la provincia se reúnen en torno al santo.

Si bien no es un festejo tan masivo, esta tradición tiene un importante sentido, ya que nació como una manda hecha por un habitante del sector, Roque Garrido, luego de pedir por la recuperación de uno de sus hijos, que se encontraba enfermo.

Desde aquel día, Roque y su familia se encomendaron a San Sebastián, instalaron una gruta con la imagen del santo, ubicada en un amplio patio, la que con el paso de los años fue creciendo, convirtiéndose –actualmente- en un pequeño santuario, con una característica imagen del santo tallada en madera.

   

CELEBRACIÓN CORDILLERANA

Desde la llegada de San Sebastián a la casa de la familia Garrido Vásquez, comenzó a llegar gente de los alrededores a visitar al santo, convirtiéndose en una tradición y punto de encuentro para los vecinos del sector. Quienes llegan a solicitar la intervención de él para pedir un favor, así como para pagar sus mandas.

Margarita Garrido, una de las hijas de Roque y Ramona, manifestó que “desde un principio la idea era que el santo estuviera a disposición de quienes quisieran visitarlo, y que sintieran a San Sebastián cercano”.

Además, durante los días previos, ya se comienza a ver la llegada de los fieles, que acompañados de sus familias, se instalan en carpas, en terreno que la familia Garrido dispone para quienes los visitan, mientras disfrutan de un grato ambiente, a la espera del 20 de enero.

“Acá son todos bienvenidos, nosotros nos preocupamos de atenderlos, los esperamos con la mesa puesta, y tratamos que se sientan en su casa. Ya son todos conocidos de la familia, vienen por años por lo que ya son parte de nosotros y de esta festividad”, enfatizó Margarita.

LA JORNADA DEL 20

La celebración comienza con el rezo de la novena, el 12 de enero, que culmina a las 0:00 horas del 20, e iniciar, de lleno las actividades para festejar y agradecer a San Sebastián.

La jornada comienza con una misa a la chilena, oficiada por un sacerdote de la zona, en donde los asistentes se suman con sus cantos y oraciones, y los dueños de casa – Roque y Ramona- utilizan una vestimenta especial para la ocasión, con los colores característicos de San Sebastián, rojo y amarillo.

Al finalizar la eucaristía, se da paso a la procesión de la imagen del santo. Los fieles salen al camino, 4 hombres portan el anda que lleva al santo, encabezado por el dueño de casa, Roque Garrido, avanzan entonando canticos al compás de algunos folcloristas, caminando uno 400 metros desde el santuario.

Oportunidad en que los fieles aprovechan de realizar sus plegarias y peticiones, para luego retornar la imagen a la capilla santuario.

Luego de eso, algunos aprovechan de compartir en torno a un rico asado y una buena mesa, preparada por los Garrido Vásquez, disfrutando de una agradable jornada de festejos. Incluso algunos se quedan por más días, disfrutando del hermoso paraje cordillerano que se ofrece en Guayalí.

LOS VISITANTES

No únicamente para el 20 de enero se visita el santuario, visitantes llegan durante todo el año a pedir y agradecer al santo.

“Las personas que llegan de lejos se quedan algunos días. Durante el año, también lo visitan al santo, dicen que es muy milagroso, acá se cree mucho en él”, expresó Margarita.

Del mismo modo, recalcó que “son todos bienvenidos, mientras más personas lleguen, mejor”.

Al igual que en Yumbel, las personas llegan a pagar su manda, algunos caminando, otros a caballo, prenden velas y rezan.

Carlos Navarrete, es un angelino, que lleva más de 25 años participando de esta actividad, cuenta que supo de esto por un amigo que es familiar de los Garrido Vásquez. “me invitaron, vine por compartir y conocer, y desde ese día no he dejado de participar”.

Asimismo, Navarrete agregó que van en grupo con los amigos, “es un lugar maravilloso, tiene un encanto único, un lindo paisaje que rodea este santuario y que hace que los fieles vengan con tranquilidad, participar de una emotiva ceremonia, y evitar el atochamiento de gente que se crea en Yumbel”.

Finalmente, expuso que cada año aprovecha de quedarse un par de días más.

Sin duda, un lugar mágico, que Roque y Ramona instalaron para quedarse, convirtiéndose en una parte importante de las creencias y costumbres religiosas de la zona.

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