Mininco: la intensa batalla de los particulares para ayudar a las zonas afectadas

Son pasadas las 9 de la mañana y el cielo gris acompaña nuestro andar, lo que deja entrever que se cumpliría (eventualmente) el pronóstico de lluvia en la zona, y dejaría de lado el intenso calor que ha agobiado tanto a la zona centro-sur del país, algo que ayudaría a mitigar el fuego que golpeó el cinturón sureño durante las últimas semanas.

Acompañados de Eduardo Hernández, gerente general de Forestal Mininco, llegamos a la base Trilahue, propiedad de la empresa y que se encuentra en la provincia de Biobío a aproximadamente 30 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles.

Nuestra primera parada es en una pequeña base. Allí opera una brigada de 12 combatientes, lasección de “primer ataque helitransportada”, es decir, que se desplazan en helicóptero desde su cuartel hasta el incendio.

Allí nos explican cómo opera dicha base, con los brigadistas atentos a cualquier emergencia, quienes ya están equipados y dispuestos a partir inmediatamente a sofocar las llamas.  

En el combate de siniestros, la labor de los brigadistas es fundamental. Ellos se encuentran acuartelados en las Bases de Combate de Incendios de Forestal Mininco, que suman 15 estaciones en total, distribuidas entre las regiones del Maule y La Araucanía.

Estos lugares están equipados para la permanencia y alojamiento de los brigadistas, y tienen además las instalaciones necesarias para el aterrizaje y despegue de aeronaves ubicadas estratégicamente. Cada estación está pensada en que el tiempo de llegada no supere los 15 minutos.

Hernández comenta que “nosotros tenemos estructurado un diseño técnico en la superficie que nos permite llegar a cada uno de los incendios en no más de 10 a 15 minutos; esa es la meta y lo que hemos estado logrando. Nosotros tenemos que tener una capacidad de reacción muy rápida, de tal manera que los focos que son identificados sean extinguidos lo más pronto posible”.

Es importante destacar que cada uno de los brigadistas cuenta con implementos personales y herramientas de primer nivel para cumplir con su labor, entre ellos mochila con tres litros de agua para consumo personal, kit de emergencia, capa antiflama, mascarilla de carbono, guantes, mascarilla Respro para lugares de humo denso, anemómetro y tablets cargadas con la cartografía completa del territorio.

Tras una muestra de toda la implementación que ocupa dicha brigada, incluido el helicóptero de última generación, nos adentramos en la base aérea. El lugar cuenta con una sala de capacitación que es ocupada para ello en los meses de invierno, pero que durante la época estival se destina a realizar las reuniones de emergencia en los casos de incendio. Allí Hernández, con mapa en mano, nos muestra las zonas afectadas por los incendios, tanto en la región como en el resto del país. La primera impresión es realmente sorprendente.

Si bien la información que circula a través de los medios de prensa es clara, resulta impactante cuando se lleva a un mapa. Más de 60 kilómetros de largo y 40 de ancho quedaron fundidos bajo el intenso fuego que azotó la región.

Luego de una breve conversación sobre el tema, el gerente general nos invita a salir para mostrarnos los aviones y helicóptero estacionados a sólo metros del lugar.

En ese instante explicó la importancia que tienen, los datos más relevantes y destacó que “hoy día nosotros tenemos siete helicópteros, más tres que vienen en camino, tenemos ocho aeronaves AT-802 con capacidad de 3 mil litros de agua, más dos aviones de coordinación y ya vienen dos AT en camino”.

En cuanto a la capacidad del lanzamiento de agua, aseveró que es fuerte, ya que sólo con los aviones AT pueden llegar a lanzar más de 500 mil litros de agua diarios, sumando a ello los helicópteros adicionales, que aportan otros 250 mil litros.

Pese a lo anterior, dicha capacidad se verá duplicada en los próximos días, y es que ya vienen en camino “dos (helicópteros) Kamov de 5 mil litros de cabida cada uno y tres (helicópteros) Bell 212 con capacidad de mil 200 litros cada uno”, explicó.

Respecto a los refuerzos que llegarán en los próximos días a la zona, Eduardo Hernández afirmó que “vienen de varias partes; nosotros tenemos un helicóptero que proviene de Perú, aeronaves que vienen desde España, los Kamov que vienen de Europa”.

Dichos vehículos aéreos son de empresas particulares con las que llevan trabajando hace tiempo, y otras que han ido contactando hace poco debido a esta emergencia.

Como dato, podemos agregar que durante esta temporada, Forestal Mininco ha combatido alrededor de 400 incendios, de los cuales más de un 40% han sido en terrenos de particulares.

Los recursos destinados para estas actividades alcanzan los 20 millones de dólares, lo que ha significado un aumento en la cantidad de aeronaves destinadas al combate, ya que por la emergencia se han traído recursos adicionales.

Estos 20 millones de dólares de inversión en combate de incendios forestales se traducen en lo siguiente: 800 brigadistas, 33 brigadas, 15 aeronaves (ocho helicópteros y siete aviones cisterna), 100 vigías motorizados, 106 torreros (vigilantes en torres) y 16 campamentos forestales de brigadistas.

Además, Forestal Mininco ha sumado cuatro aeronaves de combate, que están combatiendo incendios entre el Maule y La Araucanía.

Tras dicha conversación, y con un cielo aún nublado, Hernández nos invita a hacer un sobrevuelo hacia las zonas afectadas en uno de los helicópteros de la forestal. La aeronave es piloteada por un capitán español, quien amablemente anuncia que nos “mimará” para que obtengamos las mejores panorámicas de la zona.

Al principio el paisaje es de un verde intenso. Los árboles y bosques se mezclan con el brillo de los ríos que se forman en las planicies, pero toda la belleza sureña de a poco se comienza a transformar en desolación. El paisaje ya no es ese verde frondoso que se divisaba hace sólo minutos, esta vez es negro, literalmente negro, que sólo se detiene frente a algunas casas que lograron salvarse del siniestro.

A medida que se avanza, a lo lejos, se aprecia el río Biobío en todo su esplendor, pero encima de él, un intenso humo aún dejaba en evidencia que el fuego había dado tregua hace sólo unos días. En pleno vuelo, Eduardo Hernández, explica que lo que vemos ante nuestros ojos es algo normal producto de los incendios, y que la intensa nube de humo se quedará en la zona durante varios días o por lo menos hasta que llueva.

Tras varios minutos de vuelo, habiendo sobrevolado zonas como Hualqui, Copiulemu y Yumbel, el helicóptero se instala sobre uno de los sectores más críticos: la carretera que une a Cabrero y Concepción, específicamente el sector de Tomeco.

Si la sensación de desolación anterior fue fuerte, esto definitivamente es impactante. Ni la nueva carretera detuvo el paso del fuego de un lugar a otro. Hectáreas y hectáreas transformadas en cenizas; el fuego esta vez no tuvo piedad con la provincia de Biobío y así se hizo notar en la zona.

El gerente general de Mininco explicaría minutos más tarde que “estamos siendo muy afectados; nosotros tenemos hoy en día un orden de 19 mil hectáreas de incendio en nuestro patrimonio, principalmente en dos focos importantes, el megaincendio en Pedrados, en la séptima región, que consumió cerca de 13 mil hectáreas de la empresa, y el megaincendio del sur, que se reunió entre el siniestro en Florida, Chaimávida y Talcamávida, que abarcó otras 3 mil hectáreas. Probablemente en esos dos incendios está el 85% del daño de Forestal Mininco hoy en día”.

Asimismo, destacaría que las brigadas cubren prácticamente toda la región del Biobío, y con ello no sólo consideran los territorios de la forestal, sino que también los de los habitantes de la zona.

Tras finalizar el vuelo, ya en la base Trilahue, nos percatamos de que, a diferencia de lo que creíamos, no existía fuego activo en la zona, salvo dos pequeñas columnas de humo divisadas a lo lejos.

Hernández comentó que “hoy día, afortunadamente, a diferencia de lo que llegamos a tener la semana pasada (se llegó a tener 16 focos activos en un día), dadas las condiciones climáticas, tenemos pocos focos, cinco o seis, principalmente concentrados en la región del Biobío”.

Pese a lo anterior, explicó que dichos incendios están contenidos, es decir, el fuego continúa, pero no avanza. 

El inicio de este 2017 trajo consigo la seguidilla de incendios forestales que han ocurrido y siguen estallando en el país, por lo mismo, Hernández aseguró que “este año ha sido el más complejo. Para Forestal Mininco ha sido el peor año de la historia y me imagino que para Chile también; en el país hay registradas 600 mil hectáreas quemadas, eso es por lejos el mayor daño, y estaba viendo ayer el ranking de los incendios mundiales, que lamentablemente en esto de nuevo somos top ten”.

Agregó que el mensaje principal es evitar los incendios. “Nosotros estamos preparados para combatir incendios, pero de estas características, donde hay tantos desbordes, tanta intencionalidad, eso nos complica mucho el combate, porque podemos combatir un foco en 10 o 15 minutos, pero cuando tienes 10 focos en línea es muy complejo”.

Otro de los puntos en que se han centrado las investigaciones de estos incendios es en la posibilidad de que estos fueran ocasionados a propósito. Al respecto, el gerente general de Forestal Mininco comentó que “hay intencionalidad, absolutamente; nosotros tenemos evidencia clara de que evidentemente hay intencionalidad, de hecho hay varias querellas interpuestas por incendios. No tenemos claro cuál es el motivo, hay muchos aspectos, pero sí hay intencionalidad”. 

Actualmente, Forestal Mininco continúa combatiendo incendios a lo largo del país y en la región del Biobío, en específico Mardoñal, en la comuna de Hualqui, donde está uno de ellos.