Salto Dañicalqui: la cascada libre de 18 metros de altura

Como excepción a la regla, La Tribuna FinDe quiso ampliar los lugares que bien podrían ser visitados por los habitantes de Biobío.

En esta oportunidad, el objetivo fue conocer un atractivo ubicado en la provincia de Ñuble; se trata del Salto de Dañicalqui, el mismo que con su belleza natural, resulta ser un imperdible para los amantes de la aventura y les gusta conocer lugares más allá de los límites de su territorio.

Junto a Miguel Martínez, Igor Inostroza emprendió con una microempresa llamada Veo; fue este último quien describió el Salto de Dañicalqui como un lugar cuyo encanto radica en una cascada libre de unos 18 metros de altura, y su agua proviene del río que lleva el mismo nombre.

En esa misma cascada, los amantes de las aventuras pueden practicar deportes extremos como el rapel y el canyoning.

En Yungay, al menos, existen microempresas como la de Inostroza y Martínez que ofrecen este tipo de servicios; el lugar da para realizar cabalgatas, andar en moto, bicicleta y senderismo, entre otros deportes.

Bajo la cascada existe una poza, donde las personas pueden bañarse; es relativamente profunda y no revestiría peligro para quienes disfrutan dichas aguas.

Llegar al sector no es para nada complicado, pudiendo hacerlo en vehículo hasta casi al lado de la cascada. Quienes visiten el lugar, pueden bajar por el lado y llegar hasta la misma cascada.

La zona no sólo ofrece la posibilidad de conocer el Salto Dañicalqui, sino que una serie de otras cascadas de agua.

Rodeada de árboles nativos, musgos y helechos, el lugar ofrece hermosos parajes para compartir en familia, convirtiéndolo en un sitio para relajar la vista y conectarse con la naturaleza.

Entre robles y mucha naturaleza puede apreciarse tanto por el lado de Pemuco como de Yungay; el Salto Dañicalqui forma parte de ambas localidades, puesto que el río Dañicalqui es el límite entre ambas comunas.

Quienes visiten este Salto, distante unos 100 metros aproximadamente, hay un saltillo pequeño que lleva el mismo nombre y que muy pocas personas lo conoce. Éste no está habilitado como camping, pero está igualmente abierto para que los visitantes puedan conocerlo.

Inostroza explicó que, en caso de encontrar los portones cerrados, es igualmente factible coordinarse con habitantes de Culenco, una localidad cercana al saltillo, que tienen llaves de éste y así podrán visitar el lugar.

Quienes concurran al Salto Dañicalqui deberán olvidarse de las comodidades a las que está acostumbrado; mesas, agua, luz y baño no existen en el lugar.

Unos 150 metros más abajo del salto, éste se junta con el río Itata; asimismo, existe una pasarela un poco más arriba que, cuando la cruzan, los visitantes pueden apreciar los Saltos Itata y Verquenco.

¿CÓMO LLEGAR?

Los visitantes deberán llegar a la comuna de Pemuco; desde la plaza de esta localidad deberán tomar la ruta que los lleve a Culenco, distante unos 7 kilómetros de Pemuco.

Desde Culenco al Salto Dañicalqui existen unos siete kilómetros más, aproximadamente.

Por la comuna de Cabrero, en la provincia de Biobío, también existe un acceso hasta la localidad de Culenco para luego seguir rumbo al Salto Dañicalqui; de esta forma, evitará pasar por Pemuco.

El camino hasta la entrada de Culenco es pavimento, y desde esta localidad en dirección al salto es de ripio, pero está en muy buenas condiciones.

Fotografía, gentileza de Igor Inostroza.