Signos de dispersión al interior de la NM

Mucho se ha hablado de la división al interior de la Nueva Mayoría y de la disputa que mantienen sus fuerzas para escoger al abanderado del bloque. Luego de la elección de Alejandro Guillier como el presidenciable del Partido Socialista en desmedro de Ricardo Lagos, muchas heridas se produjeron dentro del conglomerado.

Algunos al interior del oficialismo apuestan a que estos episodios no provocarán ningún daño y que la capacidad del bloque de unirse para cada elección se mantendrá. Otros, en tanto, con lo sucedido, dudan que la NM siga existiendo y ya vaticinan su final.

Lo cierto es que los partidos de gobierno están resquebrajados y muestra de ello son las visiones disímiles que se dan respecto de los posibles efectos que genere de aquí en adelante la quitada de apoyo al ex presidente Lagos de parte del PS.

Una de estas posturas la entregó el mismo Ricardo Lagos en su despedida de la carrera presidencial. “Seguramente no todos compartimos el mismo sentido de urgencia ante la amenaza de una dispersión estratégica de las fuerzas progresistas y una ola de restauración mercantilista y conservadora que puede durar muchos años”, señaló en la oportunidad el ex mandatario.

La lectura que uno puede hacer de esta frase es que Lagos, claramente, visualiza una ruptura en la NM que ayudaría a la derecha a instalarse nuevamente en el poder y por un periodo más prolongado.

Curiosamente, uno de los personeros históricos de la vieja Concertación y militante del PS, quien apoyaba a Lagos en esta pasada, realizó otro análisis tras la elección de Guillier como el abanderado de su partido. Hablamos de Manuel Farfán, ex subsecretario y ministro de Hacienda; como ex consejero y vicepresidente del Banco Central, para quien lo sucedido al interior de su tienda política es el “golpe de gracia que finalmente genere la argentinización o la chavinización de la política chilena”, dijo.

Cada uno puede darle la interpretación que quiera a sus palabras, pero, seguramente, cuando las dijo, pensaba más en un posible triunfo de su sector, pero bajo una lógica que quizá a él no le acomoda del todo, más que un avance de las fuerzas que Lagos identifica como una “ola de restauración mercantilista y conservadora”.

Me llama la curiosidad estas dos lecturas de un eventual futuro que puede avecinarse para nuestro país, más aún si provienen de dos viejos aliados que intentaron reflotar por última vez algo así como una Concertación 2.0.