Empresario angelino sufre tercer atentado incendiario, esta vez en Quilaco

Carabineros y la Policía de investigaciones indagan un nuevo ataque incendiario registrado en la provincia de Biobío.

El hecho ocurrió dentro del fundo Cahual, emplazado cinco kilómetros a interior de la Ruta Q-74, a la altura del  Loncopangue, comuna de Quilaco.

Durante la madrugada, individuos desconocidos habrían incendiado dos máquinas de propiedad de la empresa Serfocar.

Fueron los mismos trabajadores quienes se percataron de lo sucedido y quienes dieron cuenta del hecho al nivel 133 de Carabineros.

Al llegar a su fuente laboral, se percataron de un panorama un tanto desolador. Un camión con grúa resultó dañado en su totalidad a consecuencia de las llamas, mientras que una excavadora con una herramienta adosada a ella para efectuar el corte de madera, registraba daños en la caseta donde se encuentra la sala de monitoreo del vehículo.

Desde la policía uniformada sostuvieron que en el lugar no se encontraron pancartas ni letreros de personas o grupos que se adjudicaran el hecho.

Según datos aportados por testigos, para quemar las máquinas, un grupo de desconocidos les disparó con escopetas. Sin embargo, por tratarse de vidrios blindados sólo sufrieron algunos daños.

Para ello, habrían utilizado armamento de guerra y utilizado munición calibre 762 ó 556, las que se disparan con fusil de guerra.

Sin embargo, es información que ni Carabineros, ni la Policía de Investigaciones ha confirmado.

El fiscal de turno instruyó la concurrencia de detectives de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE) de la Policía de Investigaciones de Los Ángeles.

Al cierre de esta edición, personal de la policía civil aún trabajaban en el sitio del suceso a fin de realizar diligencias propias de su especialidad y que permitan esclarecer lo sucedido.

MÁQUINAS

Las máquinas dañadas en esta oportunidad pertenecen al empresario angelino Javier Pezoa, quien sostuvo que éste sería el tercer atentado que sufre durante el último año.

En la localidad de Loncopangue, “presto servicios de cosecha y transporte de madera a Promasa. Para ello, estaba trabajando un cabezal procesador Caterpillar y una grúa para cargar camiones, ésta última es la que no tenía seguro”, relató el afectado.

De forma preliminar, avaluó los daños sufridos en esta oportunidad en un monto cercano a los 100 millones de pesos.

La situación lo tiene complicado. Comenzó trabajando hace 40 años y ofrece más de 300 cupos laborales en la zona en el rubro de aserraderos, transporte y cosecha forestal, entre otros.

A consecuencia del atentado registrado durante la jornada de este jueves, lamentó que dos personas debieran quedar sin fuente de trabajo.

“Veo que el daño no es contra mi persona, sino que es hacer daño a quien está trabajando y da trabajo”, relató el afectado.

ATENTADOS

Del total de ataques incendiarios sufridos por Pezoa, uno ocurrió en la ciudad de Contulmo, provincia de Arauco. En el lugar, un camión resultó dañado y dejó pérdidas por un monto cercano a los $85 millones.

El segundo fue hace no más de un mes y medio, en la provincia de Malleco, donde cinco camiones resultaron quemados. Las pérdidas bordean los $800 millones.

Tras las millonarias pérdidas, reconoce que no sabe qué hacer.

Reconoció que uno de los problemas a los que se enfrentan quienes prestan servicios en el rubro es que deben hacerlo en lugares diversos dentro de la región y no saben con qué se van a encontrar.

“La verdad es que estoy de brazos caídos porque tengo responsabilidades frente a la gente, hoy quedan dos personas más cesantes y compromisos que cumplir, pero no puedo hacer nada”, relató el afectado.

Agregó que con los otros atentados no ha pasado absolutamente nada. “No hay sospechoso, no hay un detenido y las autoridades de turno no hacen nada. A nivel de gobierno, esto es un desastre”, agregó.

A la fecha, lleva 10 equipos dañados a consecuencias de incendios. Dos de ellos –aparentemente- por un desperfecto eléctrico registrado en la comuna de Los Ángeles a mediados del año pasado.

“Si bien algunos (vehículos) tienen seguros, las pólizas suben al momento de renovarlas. Después, las compañías irán a tomar otras medidas”, sentenció el empresario.

A ello agregó que su sensación debe ser muy similar a los contratistas forestales de la región. “Nos hemos reunido pero llegamos hasta ahí porque pedimos al organismo encargado de mantener el orden y nunca tenemos respuestas, siempre con evasivas”, expresó Pezoa.

Pese a todo, tirar la toalla nunca ha sido una opción para él. Eso sí, evaluará reducir sus faenas quizás a lugares más seguros y “ver bien qué podemos hacer, qué se puede hacer para protegerse”, puntualizó el afectado.

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