Ignacio Sepúlveda: Una carrera exitosa y explosiva

Ignacio Andrés Sepúlveda Medina tiene 23 años y es un destacado deportista local.

Cuenta que nació en Rancagua y tras ello vivió un tiempo en Santiago, para luego volver a la capital de la región de O’Higgins.

A los cuatro años llegó a Los Ángeles y destaca que “de Rancagua tengo muy pocos recuerdos, acá llegué a kínder y estuve hasta salir de cuarto medio”.

Hasta cuarto básico estudió en el colegio San Ignacio y luego en el Saint George.

En cuanto a su niñez, dijo que “en Rancagua recuerdo que estaba con mi abuela, porque mis dos papás trabajaban y en Los Ángeles llegué a vivir a la villa Ciudades de Chile. Me acuerdo que vivía en un pasaje y que nos juntábamos todos a jugar, en Navidad hacían una cena entre todos los que vivíamos ahí y nos sentábamos a comer”.

Respecto a su época escolar, recuerda que nunca practicó mucho deporte, sólo lo necesario en educación física. Recién estando en cuarto medio se inscribió en un taller de vóleibol, aunque algo más recreativo.

Pese a ello, estuvo constantemente participando en la orquesta del colegio y también en la orquesta municipal.

 

EL ATLETISMO EN SU VIDA     

Aunque reconoce que no hizo mucho deporte estando en la enseñanza media, Ignacio cuenta que cuando entró a la universidad, ingresó a un taller deportivo, aunque lo tomó sólo como algo extraprogramático, más que una actividad competitiva. “Cuando estaba en segundo quise bajar de peso, no es que estuviera gordo, sino que sólo quería bajar, así que empecé a salir a trotar y tener un plan de entrenamiento. Una vez fui a una corrida de calle en Los Ángeles, no me fue tan mal y pensé que podía dedicarme a esto, así que busqué un club de running y encontré el club de atletismo de Los Ángeles, el CALA”, aseguró.

Todo esto sucedió en el verano del 2014. Sepúlveda recuerda que, como no estaba acostumbrado al entrenamiento fuerte, por lo que las dos primeras semanas no daba más del cansancio.

“Estuve así dos meses, se notó mucho el cambio en el plan de entrenamiento”, destacó.

Pese a sufrir un problema de nacimiento, Ignacio aseguró que nunca se vio participando en una disciplina paralímpica. “Yo no me veía haciendo eso, ni siquiera me veía en una pista, yo quería correr en calle”.

Una vez terminado ese verano, volvió a Concepción para retomar sus estudios, habló con un profesor y empezó a entrenar para los 800 metros planos.

Ahí, entrenaba de lunes a viernes o a veces los sábados, hasta que se fue como alumno de intercambio a México, país donde si bien, entrenaba, era más que todo para mantener el estado físico, aunque fue allí donde hubo un cambio en su vida. “Allá mientras entrenaba, un profesor me vio y me habló porque se dio cuenta del problema que tenía en mi brazo. Ahí me preguntó si yo sabía que podía participar del deporte paralímpico y empecé a informarme del tema”, aseveró.

Cuando volvió a Chile, a fines del 2015 entró al sistema paralímpico, luego de hacerse la evaluación correspondiente.

El gran problema que tuvo, fue que para su problema en el brazo sólo se corría la categoría de mil 500 metros, por lo que cambió de entrenador y empezó a practicar con Jorge Groser, con quien entrena actualmente.

Sepúlveda, comentó que “gracias a él he conseguido las últimas marcas, con él digamos que profesionalicé mi carrera como atleta”.    

LA PARÁLISIS BRAQUIAL OBSTÉTRICA  

Respecto a su “discapacidad”, Ignacio comentó que “se había hecho las ecografías previas y estaba todo bien, todo normal. El problema fue que antes de nacer, me cambié de posición y en el parto, que fue normal, no me podían sacar de la cabeza, así que me sacaron por un brazo y no sé qué pasó ahí, que se cortaron tendones y se generó una parálisis del hombro hacia abajo”.

Por lo mismo, comentó que cuando pequeño estuvo con kinesiólogo, aunque nunca participó de la Teletón.

Ya más grande, dejó los tratamientos médicos, debido a que no era necesario.

Su vida, la ha hecho relativamente normal. “Cuando corro, en el braceo, no puedo llevar el brazo hacia atrás, entonces cuando hago el movimiento hacia atrás, se me va el brazo para el lado y esa es la discapacidad que tengo y por eso mi categoría, la que es para personas con discapacidad en un solo brazo”, explicó.

En cuanto a poder hacer su vida normal, manifestó que había cosas que le costaban, pero nada imposible, aunque recuerda que “una vez me fracturé la mano derecha y no podía hacer nada. Se suponía que tenía que estar con yeso dos semanas… al tercer día me lo saqué”.

FUTURO INGENIERO

Más allá de lo deportivo, Ignacio está pronto a ser ingeniero. Y es que ya cursa su sexto y último año en ingeniería civil industrial, carrera que estudia en la Universidad de Concepción.

Pese a lo complejo de la carrera, ha logrado compatibilizar sus estudios con el deporte y cuenta que la propia facultad ayuda con los permisos para faltar a certámenes o clases.

LOGROS

Como Ignacio comenzó hace poco (el 2016), son pocas las carreras importantes en las que ha participado, sin embargo, ya ha tenido importantes logros.    

El año pasado participó en el Grand Prix de Río de Janeiro, donde obtuvo el segundo lugar.

Este año se volvió a realizar el mismo certamen, pero esta vez en Sao Paulo, donde obtuvo el primer lugar.

Además fue campeón Paranacional el 2016 y 2017.

En el atletismo convencional, su mayor logro es ser quinto en un certamen nacional.

En los juegos Deportivos Paranacionales, donde el atletismo se llevó a cabo en Chillán, logró el primer y segundo lugar junto a Mauricio Orrego (también de la región), en las pruebas de 200, 400, 800 y mil 500 metros.   

Por último, ya consiguió clasificar al mundial de la especialidad.  

PARTEN LOS JUEGOS EN LOS ÁNGELES

Los Juegos Deportivos Nacionales y Paranacionales salieron por primera vez de la Región Metropolitana para instalarse en Bío Bío.

Las sedes de este torneo son: Concepción, Talcahuano, Chillán, Quillón y Los Ángeles.

En nuestra ciudad el Polideportivo será el recinto que recibirá a los 15 equipos provenientes de cada una de las regiones del país.

Las delegaciones permanecerán en la ciudad gracias a los acuerdos logrados entre las instituciones deportivas del Estado, la Municipalidad y la empresa privada.