Nuevo caso: sorprenden a menores con marihuana en sala de clases

Dos alumnos fueron detenidos por infracción a la Ley 20.000 de Drogas, tras ser sorprendidos con una dosis de marihuana al interior de la sala de clases.

El hecho se registró dentro de un liceo de la comuna de Laja, luego que un profesor se percatara de que uno de los estudiantes -de 16 años- mantenía un envoltorio de marihuana. El otro alumno, de 15 años, sería el adolescente dueño de la droga.

Ambos fueron detenidos por Carabineros de la Subcomisaría de Laja y posteriormente entregados a sus padres, quedando a la espera de citación por parte del Ministerio Público de Yumbel.

Éste es el tercer caso similar que ocurre en la provincia de Biobío, en menos de un mes. Los dos primeros se registraron en la comuna de Los Ángeles.

La psicóloga educacional y coordinadora de Formación Integral de la Universidad San Sebastián, Javiera Hernández, explicó que pueden existir múltiples factores que ayudan a explicar este tipo de comportamiento.

“En términos concretos, aquellas que guardan relación con el establecimiento y las que se vinculan con el contexto social donde está inmerso el alumno”, expresó la profesional.

Agregó que, para explicar la primera, será necesario entender que -en la actualidad- los colegios no parecen ser compatibles con la realidad del adolescente.

Ello, sostuvo, afecta directamente en que el estudiante no se identifique con la institución educativa y por eso mantiene conductas en que se respeta poco el lugar de estudio y no hay compromiso con el reglamento, pues éste suele ser muy rígido y poco inclusivo.

“Si bien no se trata de justificar, se entiende esa conducta como una forma de expresar desacuerdo con lo que proponen los establecimientos y una forma de concretizar el desapego, además de tener en cuenta lo “normal” que les puede resultar a los jóvenes el consumo en cualquier lugar”, sostuvo Hernández.

Desde el punto de vista social, puntualizó que el consumo de marihuana actualmente se ha masificado en Chile y que ningún contexto está ajeno a ello.

Se trata de una sustancia fácil de conseguir, su precio no es elevado y el cultivo personal es cada vez más frecuente. Si el consumo es excesivo, se podrían establecer algunas causas que podrían repercutir negativamente, como por ejemplo: seguir una tendencia en el grupo de pares, problemas familiares, problemas personales, e incluso sólo la exploración.

Frente a cómo debería actuar un establecimiento educacional frente a este tipo de situaciones, la profesional sostuvo que el colegio debe cumplir dos roles primordiales.

“Lo primero es hacer valer su reglamento y protocolos, pues el adolescente debe ser capaz de adaptarse al contexto en el cual está inmerso. No olvidemos que tendrá que hacerlo toda la vida, ya sea en el trabajo o en otros contextos. El colegio está educando para el logro de ese primer objetivo”, expresó Hernández.

Lo segundo, agregó, radica en conocer los motivos del consumo o de la venta para contextualizar el caso particular de cada estudiante. De acuerdo a ello, seguir un lineamiento “ya sea para ayudar al adolescente si tiene alguna problemática u orientar en el consumo si es que lo hace sin sentido”, expresó la psicóloga.

Asimismo, agregó que hay que advertir a los padres si son menores de edad y que, como familia, decidan qué hacer.

“Como nos enfrentamos regularmente a adolescentes, establecer operativos con Carabineros puede resultar muy invasivo, pues se trata de una acción que puede ser percibida como violenta y, con ello, sólo conseguir más oposición y que la conducta aparezca nuevamente. Hay que crear acciones que sean transformadoras para generar cambios, ese es el gran desafío que tienen los colegios hoy con este tema”, sugirió la profesional.

Una alternativa para abordar situaciones como éstas, agregó, puede ser recurrir a Senda para efectuar talleres o instancias educativas sobre el consumo de drogas en general.

SENDA

El director regional del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) del Biobío, Byron Martínez, relató su misión es proveer de medios y herramientas tanto a los niños, como a los profesores y a los padres y apoderados.

Asimismo, sostuvo que en la provincia de Biobío están presentes en más de 100 establecimientos educacionales, implementando el programa “Continuo Preventivo”.

Trabajan “con programas preventivos que van desde el medio menor hasta 4° medio, en la construcción de programas que están adaptados al currículum y al desarrollo neurobiológico y fisiológico de los niños”, explicó Martínez.

La iniciativa comienza con menores que necesitan estimulación, trabajando -por ejemplo- a través de cuentos, mensajes y aprendizajes primarios. Así llegan hasta los alumnos que cursan 4° año medio, donde los invitan a conocer en torno a los riesgos y efectos de las drogas.

En el caso de Los Ángeles, son cerca de 50 los establecimientos focalizados. En el caso de Laja, la cifra alcanza a los 14 planteles.

Además, Senda implementa otras acciones de rehabilitación y de prevención permanente a través de los equipos Previene. “Tenemos oficinas en las distintas comunas de la provincia de Biobío; por ejemplo, Yumbel, Cabrero, Laja, Mulchén, Los Ángeles y una iniciativa histórica en la comuna de Alto Biobío, donde estamos haciendo acciones y también estamos levantando información a propósito de la realidad particular de los pehuenches de Alto Biobío”, explicó Martínez.