Hoy es el día mundial de la conciencia del abuso al adulto mayor

Las situaciones de abuso o de maltrato en todas sus diferentes formas hacia las personas de mayor edad, atraviesan toda nuestra cultura.

Esta problemática obedece a una compleja trama de condicionantes sociales que hacen que se vuelva normal en algunos casos, la desconsideración hacia los adultos mayores de nuestra sociedad.

El envejecimiento poblacional, que es el incremento relativo de la población mayor de 60 años respecto de la población general, aumenta en todo el mundo, y para 2025 se prevé que habrá más de 1.200 millones de personas mayores de 60 (el doble de las que había tan sólo 30 años antes, en 1995).

En 2050 los adultos mayores serán más de la quinta parte de la población, y si las sociedades no tienen en cuenta que ese incremento hace necesario pensar en una comunidad que tenga mucho más en cuenta las necesidades específicas de esta parte de la población, esta situación global de maltrato a la vejez empeorará en términos reales.

Al respecto, el alcalde de Los Ángeles, Esteban Krause, quiso referirse al tema diciendo que “la conmemoración de este día se realiza en cada rincón de nuestro planeta, y nuestra ciudad no es excepción, y es así como cada año, a través de distintas actividades sostenidas en el tiempo, se hace un fuerte llamado de atención a nuestra comunidad para que conozca y prevenga estas situaciones y además contribuya a fomentar el buen trato hacia las personas que hoy superan los 60 años.

Además indicó que “a partir del año 2010, en Chile, gracias a la modificación de la Ley Nº 20.427 de Violencia Intrafamiliar, el delito de maltrato hacia las personas mayores se incorpora a nuestra legislación y permite emprender iniciativas que apuntan a la prevención y abordaje de este fenómeno ejecutando acciones enmarcadas dentro de la Política Integral de Envejecimiento Positivo”.

Por su parte, el padre Gustavo Valencia, Párroco de la parroquia Perpetuo Socorro, habló con La Tribuna y expresó que “lo más importante de este día es que nos hace pensar en todos los problemas que hoy sufren los adultos mayores”.

Además indicó, “en nuestra diócesis tenemos cinco hogares y en ellos tenemos bastantes adultos que han sido vulnerados de sus derechos. Los hijos desaparecen y los ancianos quedan solos. También nos damos cuenta que hay algunas leyes que se necesitan en este sentido, como por ejemplo, las filas para adultos mayores en todos los servicios”.