¿El psicópata de los perros?

 Durante los últimos días, fotografías terribles e impublicables han llegado a las oficinas de Diario La Tribuna y que evidencian el maltrato animal que están sufriendo una gran cantidad de perros, los cuales están siendo marcados con una especie de triángulo en sus pelajes. Son despellejados sin piedad por alguna mente perturbada o una secta, en un acto de cobardía del cual no teníamos recuerdo.

Esta situación, no la podemos dejar de pasar por alto, ya que evidencia lo terrible que puede llegar a comportarse el ser humano, supuestamente racional con estos canes.

El maltrato animal está presente en nuestra ciudad de forma permanente. En algunos lugares incluso no se ve como algo negativo, sino normal.

Perros golpeados, torturados y ahora despellejados, mientras la sociedad sigue su curso como si nada pasara.

Es nuestro deber como comunidad proteger a las mascotas. En las calles de Los Ángeles y la provincia, existe una gran presencia de perros ambulantes, que en muchos casos, son abandonados por sus propios dueños.

Por esta razón las ordenanzas municipales y la acción policial deben ser muy activas para que no tengamos que llegar a estas jaurías muchas veces salvajes, pero que no tienen culpa de lo que está pasando.

Realmente, cuesta describir a la ciudadanía lo que hemos visto con estos maltratos.

Ante esto, y luego de la crueldad que están viviendo estos animales, se hace necesario buscar y perseguir por todos los lugares posibles, a él o los autores de estas horrendas escenas.

La justicia debe dejar caer su peso ante estas barbaries.

Trabajemos juntos como sociedad para que estos aberrantes hechos no vuelvan a ocurrir. Si usted tiene antecedentes que permitan dar con el paradero de este agresor, avise a las policías.

Finalmente, quienes tienen mascotas en sus casas, deben velar para que ellas tengan las mejores condiciones posibles. Comida, veterinaria, limpiarle sus espacios, cuidarlos del frío y tratarlos con dignidad. Mal que mal, ellos son quienes aportan al amor de la familia y no piden nada a cambio más que una caricia.

Seamos civilizados.