Emotivo homenaje a artesanas del telar en Nacimiento

Hoy en día está bastante de moda viajar mucho, también lo es viajar dentro de Chile y conocer el país. Para aquellos que han tenido la oportunidad de hacerlo, podrán dar cuenta de la variada artesanía con que cada ciudad y pueblo recibe a sus visitantes.

Entre todos estos trabajos artísticos, muchos son realizados a mano por artesanos nacionales de gran trayectoria, mientras otros son parte de la gigantesca industria China, dos polos opuestos de la economía mundial.

Muchas veces, estas obras son únicas en su diseño, siendo consideradas grandes piezas de colección. Cualquier europeo alucina al ver las características de trabajos hechos, por ejemplo, por artesanas del telar.

Ponchos que no pasan de moda y manufacturas valoradas no sólo por su eficiente uso, sino que por sus características visuales, las cuales son hasta parte de movimientos artístico-culturales contemporáneos.

LA INICIATIVA

Este evento fue organizado por un filántropo local, tras un largo trabajo pudo concretar la primera de sus iniciativas basadas en la comunidad y el desarrollo sustentable.

Bernardo Vidal Chávez es profesor jubilado, y desde que dejó la docencia dice tener mucho tiempo para realizar otro tipo de quehaceres.

Así nació la idea de realizar algo en pos del reconocimiento cultural de la comuna de Nacimiento.  Así es como en un primer trabajo de investigación, llegó a reunir a todas las artesanas del telar de la comuna, un aspecto trascendental de su identidad cultural.

“Fue un trabajo de mucho tiempo, debido a la extensión que tiene Nacimiento, y temí que a estas alturas no existieran muchas artesanas del telar, pero buscando antecedentes y recorriendo la comuna por todos sus rincones, logré reunir seis artesanas de calidad mundial en lo referente al telar”, contó el filántropo local, quien fue acompañado por autoridades locales y respaldado por la empresa CMPC.

UNA LABOR TRASCENDENTAL

Igualmente, para ser merecedora del reconocimiento, las artesanas debían cumplir ciertos requisitos, como pertenecer a la comuna de Nacimiento y estar actualmente activas en su rubro.

“Ellas manufacturan prendas que la gente y los campesinos aún usan, para distintos propósitos que muchos son relacionados a las condiciones climáticas, siendo siempre efectivas para la lluvia y el frío”, cuenta Vidal sobre la importancia de este trabajo.

“La idea es hacer un reconocimiento y que este trabajo no se pierda, es más, que pueda difundirse. Ellas están enseñando y es deber de todos que sus alumnas tengan la motivación correspondiente sobre esta materia”, finalizó.

Asimismo, el alcalde de Nacimiento, Hugo Inostroza dijo que “quiero felicitar a don Bernardo por esta iniciativa, que pretende visibilizar a las artesanas del telar que son de la comuna”.

Además, agregó que “este es un oficio de tradición y este evento nos pone la tarea de realizar acciones mayores que permitan certificar a estas artesanas ante el Consejo de Cultura, como se ha hecho con los alfareros o los artesanos del fierro por ejemplo”.

“Nos queda la tarea de trabajar con ellas y validarlas aún más y así fomentar su participación en ferias. Este es un arte ancestral de siglos y debemos potenciar su continuidad. Somos una comuna que tiene mucha historia, donde también la tradición mapuche logró permanecer a través de sus tejidos, entre otras cosas, lo que también forma parte de nuestra cultura patrimonial”, finalizó.

LAS HOMENAJEADAS

Las artesanas que fueron distinguidas por su destacada labor en la artesanía del telar fueron Blanca Garcés Navarrete, Nieves del Carmen Garrido, María Cristina Riquelme, Marylinda Leyton Sánchez, Ema Chávez Monsalvez y Marta Peña Campos.

Una de las homenajeadas, Ema Sánchez, dice que aún está en condiciones de tejer una manta, aunque en sus mejores días fue un gran aporte a más de alguna generación, ya que sus frazadas térmicas y sus mantas de doble propósito ayudaron a mitigar el frío y la lluvia, siendo muchas de ellas, consideradas verdaderas obras de arte.

“Fue un reconocimiento muy lindo, porque han sido muchos años de trabajo. Yo primero aprendí de mis hermanas, porque todas ellas eran tejedoras. Al principio eran medias egoístas porque no me querían enseñar así que mirándolas no más pude aprender”, contó sonriendo la señora Ema.