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Columnista

Bolivia, una sociedad de naciones

Gabriel Hernandez Velozo

Mario Ríos Santander

por Gabriel Hernandez Velozo

Para occidente, terminado los "malos ejemplos", guerras, como aquellas dos que ensombrecieron Europa, nacismos, comunismos, fascismos y todo cuanto de ello se desprendieron, comenzó a dar nuevos pasos en torno a un fenómeno que sería la razón fundamental del desarrollo. La globalización. Años antes de que este fenómeno fuera la esencia de este nuevo periodo de la historia, el Emperador Hirohito en el Japón de la pos guerra, daba luz a lo que sería el elemento conductor de la economía, principal razón de tales nuevos tiempos. Es así que llamaría a los 8 principales empresas de su imperio y ajustaría en ellas el proceso de globalización que avizoró a temprana edad. Nacían los primeros "grupos económicos", que en otros lugares del mundo, surgirían décadas después.

De lo anterior, el mundo ve nacer una nueva "moneda de cambio" que reemplazó la totalidad de los valores mercantiles de la época. Se le llamó "volumen". La globalización y el fortalecimiento de los grupos económicos, obligaban a que cualquier producto de comercio, considerara el "volumen" en su fabricación y venta. De esta forma la necesidad de uniones supra nacionales, se trasformó en algo vital. Las fortalezas de la economía estaba en la creación de volúmenes y en la comercialización de ellos. Los países inteligentes, dieron vida al fortalecimiento de sus "ventajas comparativas", es decir, aquellos productos, que en el volumen correspondiente, podían competir en esta nueva etapa del mundo. Uno de esos países fue Chile. El único de América Latina, en la década de los 70 y 80.

Algunos estados, sumidos en consideraciones ajenas a la realidad que comenzaba a vivirse, se fueron quedando atrás. En nuestra latinoamericana, tal hecho ocurrió en casi todas las naciones que la componen. Bolivia entre otras, lo que provocó desequilibrios en la tradicional imagen mediocre, que en su conjunto tenía esta parte del mundo. Chile y Uruguay, serían la excepción. Argentina, otrora grande, se sumían en cuestiones políticas internas, (herencia del peronismo, doctrina que camina en destinos opuestos al mundo desde hace décadas), quedando también atrás en el desarrollo.

¿Y Europa?

Nuestro referente histórico, Europa, centro principal de nuestra civilización, comienza a dejar atrás traumas vividos y se une para ser fuerte en este nuevo mundo. Crean una nueva forma de relación internacional: La Sociedad de Naciones, que en su aspecto práctico, la denominan, "Comunidad Económica Europea". Todas sus inteligencias, sus patrimonios, su arte y cultura, se unen para ser fuertes. No hay otra alternativa. China, India, ambos administrando el 42% de la población mundial, adquirirían una fortaleza cuyas dimensiones, sólo fueron capaces de conocer los creadores de esta nueva sociedad de naciones.

¿Y nosotros?

Independiente de nuestros criterios políticos, no se podrá negar que el advenimiento del Régimen Militar, dio a Chile la más formidable herramienta de desarrollo, la conquista de los mercados mundiales. Sumó a ello, las políticas de "ventajas comparativas", ubicando a nuestra Nación en lugares de honor mundial: Primer productor de Cobre, novenos exportador de alimentos, primer productor de una decena de producto alimenticios y otros tantos galardones que dieron vida a un pueblo que debió comprender de la disciplina y del uso activo de su imaginación creadora. Tales hechos que fortalecieron a Chile,  llevaron al gobierno intentar   solución para el "enclaustramiento" boliviano, que sería rechazado por Perú, conforme lo dispusiera tratados elaborados bajo el criterio belicista de la época. Y luego una larga discusión que no termina hasta nuestros días. ¿Quién ha perdido?, los dos, Chile y Bolivia. Hoy no se puede acceder a "cortar" nuestro territorio, eso parece impensado. Tampoco entregar territorio que se ubique más allá de la cuesta de Camarones al norte, Perú lo impedirá siempre. Solo nos queda, un camino que por lo demás, debió explorarse hace tiempo;  La Sociedad de Naciones Chile-Bolivia. Es aquello posible? O más bien otra interrogante, ¿nos queda aún mucho tiempo, como para seguir postergando una decisión de esta envergadura? Los tiempos llegaron. Los enormes costos que ambas naciones han pagado durante décadas, no soportan continuar en este deambular diplomático - bélico que no ha conducido a nada. Bolivia necesita de Chile y Chile, necesita de Bolivia. ¿Quién lo duda?.

¿Qué hacer? Actuar. Explorar, conocer de nuestras mutuas necesidades. Descubriremos un mundo nuevo. La eterna lucha por el mar se terminó, el mar formará parte de esta sociedad de naciones, los enormes espacios agrícolas, fortalezas energéticas del altiplano también. La suma de energías económicas, darán vida a una Sociedad de Naciones, cuya riqueza y perspectiva de desarrollo de sus pueblos, podrán alcanzar niveles impensados hasta ahora. ¿Cuándo comenzamos?

Mario Ríos Santander

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