Un debate de baja calaña

Es lunes 26 de junio a las 23:30 horas. Quienes se quedaron despiertos, están ansiosos a la espera del único debate televisado del conglomerado de Chile Vamos. Aquellos que se dicen diferentes y que apuestan por una candidatura única basada en la unidad del sector.

Sin embargo, comienzan las alocuciones y lo que vemos en pantalla, deja mucho que desear. En materia de ideas, alcanzamos a ver algunas pinceladas de educación gratuita, primera infancia y una que otra idea en materia de mejorar la productividad, pero lo que ocupó casi el 90% del tiempo, hasta cerca de las 1:20 de la mañana, fueron tratos ofensivos, ataques personales y “trapitos al sol”.

Chile Vamos perdió una gran oportunidad de presentarse al país como una alternativa.

Mientras Manuel José Ossandón hizo su tradicional presentación atacando verbalmente al ex presidente – donde parece manejarse más que en su propio programa – el propio Sebastián Piñera, perdió la compostura y en reiteradas ocasiones se salió de sus cabales para interrumpir el debate, pese a los llamados de atención de los periodistas y de sus contendores.

Por su parte, Felipe Kast, mientras intentaba desmarcarse de esa “vieja política”, terminó disparando contra Piñera y Ossandón de la misma manera, en unas interpelaciones que de aporte al futuro del país no tenían absolutamente nada.

Los candidatos fueron débiles y probablemente el cuestionario del debate, aportó para que el diálogo se centrara en cualquier cosa menos en los programas de gobierno que se pretenden ejecutar por el bloque.

¿Qué pasó con los grandes temas en materia de salud pública, como ideas para terminar con las filas en los consultorios y hospitales? ¿Dónde quedaron las propuestas para mejorar el sistema judicial chileno? ¿Por qué no se abordó en profundidad los elementos que se utilizarán con alumnos y profesores para mejorar la calidad de la educación?

En este debate ganó el odio y el egocentrismo. Los postulantes a La Moneda no estuvieron a la altura de lo que el país requiere y en ese sentido, los tres perdieron. No supieron utilizar los valiosos minutos en televisión que le cedieron los canales. ¿Eso es lo que busca y espera Chile de sus políticos? Claramente no.