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La Tribuna

La empresa privada dispuesta a dialogar

por Leslia Jorquera

Esa es la actitud que se espera de la empresa privada. Que se sienten a trabajar con la comunidad como un integrante más de los sectores donde están emplazadas, ya que eso se traduce en una sociedad pública y privada más unida, fortalecida y que aporta al desarrollo económico, social y ambiental de sus territorios.

Hace 20 o 30 años, las grandes empresas, que iniciaban procesos industriales en sectores poblados, tenían una conducta de responsabilidad social empresarial, que se solucionaba con canastas familiares y cualquier otro asistencialismo, con el que se muchas veces se compraba a la comunidad, para poder funcionar y contaminar con total impunidad.

Afortunadamente, ese estilo ha cambiado en la actualidad, y pese a que existen empresas contaminantes, la manera en que se abordan estos temas con los vecinos son muy destacables.

Lo hemos visto con la empresa Colbún. Nadie podría negar que su instalación en la comuna de Quilaco, tuvo un gran impacto ambiental y visual. Sin embargo, su trabajo no fue de asistencialismo. Lo que ahí ocurrió fue un proyecto coordinado en donde el impacto se transformó en virtud, porque se desarrolló un polo turístico que ha permitido a decenas de emprendedores desarrollar nuevos negocios y también ha aportado para que las familias de la provincia, la región y el país, tengan un nuevo lugar para visitar.

El día lunes, conocimos un honesto mea culpa de la empresa lechera Ancali, sindicada por la comunidad muchas veces, como responsable de la presencia de moscas y malos olores en la localidad de San Carlos de Purén. Más allá de los estudios privados y gubernamentales, hay que destacar que la empresa está profundizando en mejorar sus procesos, para que los vecinos que viven en los alrededores de la planta, tengan una mejor calidad de vida.

Ellos no son responsables del 100% de los inconvenientes, pero como buenos vecinos, se han sentado a una mesa de trabajo para buscar las soluciones óptimas para mitigar el impacto de sus faenas lo más posible, pero también para educar a la población en materia de cuidados al medio ambiente, ya que hay importantes focos de contaminación en dicho lugar, que no necesariamente son producidos por Ancali.

Esa es la actitud que se espera de la empresa privada. Que se sienten a trabajar con la comunidad como un integrante más de los sectores donde están emplazadas, ya que eso se traduce en una sociedad pública y privada más unida, fortalecida y que aporta al desarrollo económico, social y ambiental de sus territorios.

 

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