El reto es a concretar los proyectos

La provincia de Biobío tiene un gran potencial forestal, agrícola, lechero, así como también turístico, lo que hace que esta zona sea parte imprescindible para el desarrollo económico, tanto para la región, como para el país. 

Pese a estas importantes potencialidades, y factores que, a simple vista, debieran dar un gran dinamismo al territorio, lo cierto es que sigue su bajo crecimiento, la falta de oportunidades tantos laborales como empresariales, donde -incluso- muchos productores locales, simplemente, han tenido que cerrar sus puertas, o cambiarse de rubro.

    

Durante los últimos años se han anunciado grandes proyectos que, sin duda, van en apoyo a este necesario desarrollo de la provincia de Biobío, pero que -lamentablemente- siguen en la espera de ser concretados, si bien algunos han presentado avances, estos evidencian demora y retraso en sus plazos no sólo burocráticos si no también acorde a los tiempos, lo que hace aumentar la espera para que se hagan realidad, y los pequeños proyectos que giran en torno a estos.

Nombro por ejemplo, el paso Pichachén, iniciativa que busca consolidar a este punto fronterizo como una ruta binacional de transporte entre Argentina y Chile. El objetivo es transformarlo en un camino obligado para carga internacional en coordinación con la reciente inaugurada planta certificadora de fruta de Cabrero, para que desde ahí, salga la producción de la zona, por puertos locales, lo que, evidentemente, tendría un impacto en toda la economía del Biobío. Actualmente, autoridades de ambos países gestionan la pavimentación del camino y la construcción de una aduana en el lugar. Pero hay que darle celeridad. Hoy no pueden esperar 10 o 20 años por concretarse.

Otro de los mega proyectos, con años de espera, es la polémica Ruta Nahuelbuta, la que con 55 kilómetros de extensión, 16 de ciclovías, 22 de calles y servicios y 9 puentes, pretende darle mayor conectividad a comunas como Los Ángeles y Negrete. La obra contempla una inversión de más de 200 millones de pesos y funcionará bajo el sistema de concesiones, es decir, con plaza de peaje, cuyo cobro de acuerdo al proyecto se prolongaría hasta el año 2052.

Y el más reciente, es la habilitación del aeródromo María Dolores, con el objetivo de recibir vuelos comerciales, donde ya se han ejecutado diferentes obras para su habilitación, además de diversas reuniones con aerolíneas extranjeras, que se han visto interesadas en considerar a Los Ángeles como parte de su ruta. Pero eso, hasta ahora, ha quedado en nada.

Si bien actores políticos y autoridades locales han realizado un arduo trabajo para que estos proyectos se concreten lo antes posible, siempre existe “algo”, que aumenta su demora.

Como explicaba en los primeros párrafos, en la provincia de Biobío, tenemos grandes potencialidades, pero para que estos muestren sus frutos y contribuyan al desarrollo local, urge que se agilicen los proyectos “estancados”, que son de gran relevancia, los que abrirán importantes puertas para los productores locales.

Por todo lo anterior, el reto de concretar estos proyectos, son de gran importancia tanto para la provincia de Biobío, como para todos quienes habitamos en ella, apostando por el desarrollo de una de las más importantes zonas productivas del país.