Gregory Lagos: El gitano poeta y fotógrafo

Gregory Lagos Montoya tiene 49 años y es oriundo de Santa Bárbara.

Cuenta que nació en la comuna cordillerana y a los 16 años fue estudiante de intercambio y debió ir a un Highschool.

“Cuando volví, quedé con ganas de seguir estudiando inglés, así que me fui a estudiar a la Universidad Católica, ahí estudié cinco semestres y me gané una beca para ir a Estados Unidos a terminar mi licenciatura, después el master, el doctorado. Seguí estudiando”, aseguró.

Relató que desde pequeño era “anti yankee”. “Siempre pensaba que era superficial que a la gente le gustara una marca en inglés sin saber la calidad o una canción en inglés sin saber la letra, quizás lo estaban ofendiendo y decían ‘que bonita esa canción’. Siempre tuve eso, así que me puse a estudiar francés”.

Todo cambió cuando su hermana compró un curso de inglés… dos años más tarde, Gregory estaba en Estados Unidos.

En cuanto a los recuerdos de su época de escolar, comentó que “era el mejor alumno y el mejor compañero también. Mi ramo favorito era inglés, es más, yo le ayudaba a mis compañeros, porque yo iba tan avanzado, que no me servían de mucho las clases, pero siempre ayudaba a mis compañeros, de hecho cuando la profesora estaba disfónica, yo la reemplazaba”.

Lagos siempre estudió en Santa Bárbara, por lo que el salto fue, no sólo a una ciudad diferente, sino que a un país diferente.

“La universidad me becó sólo por ser chileno, así que fue un honor, allá hice ayudantía de castellano y me apoyaban en todo, en lo que yo necesitara me trataban de ayudar”, explicó.

Asimismo, comentó que fue gracias a estas ayudas que logró sacar sus estudios adelante, debido a que, dijo, es una universidad elitista, que en 4 años cobraba 200 mil dólares.

Pese a todo, su fascinación por el idioma inglés le ayudó mucho en esa época. “En el campus, me comunicaba con todos gracias al idioma, fue bonito que mi vecino en la residencia fuera de Francia, el otro de Rusia o países que no tenía idea que existían, fue interesante conocer a otra gente y saber de dónde venían, fue fascinante, fue un sueño”, afirmó Gregory.

A su vez, recordó a los amigos que aún conserva de Norteamérica, entre ellos, la familia que los recibió, con quienes conserva la amistad, vienen de vez en cuando a Chile o él viaja a Estados Unidos para verlos. “Es una relación de vida más que todo, no fue sólo un semestre y ya”, manifestó.

Al mismo tiempo, destacó que tras estudiar se quedó a vivir no sólo en Estados Unidos, también estuvo en Canadá y otros lugares, que le permitió pulir más aún su inglés.

Pero algo faltaba, el cariño por su gente y su provincia lo hizo volver hace ya dos años a Chile.

“Me di cuenta que tenía el concepto de gitano, tenía familia pero viví muy poco con ellos. Mi papá falleció y también una tía que quería mucho, así que pensé que ya tenía que cortar eso de los viajecitos”.

LA FOTOGRAFÍA Y LA POESÍA

Desde su juventud, Gregory se dedicó a inmortalizar los paisajes que más le gustaban y junto con ello escribía poesía.

Relató que “la belleza de los lugares es tal que no puedo quedarme sin hacer nada al respecto, yo necesito canalizar esa belleza natural y lo hago a través de un papel y un lápiz, pero sucede en el momento, no es que yo vaya pensando en qué escribir”.

Lo de la fotografía “nace desde niño, soy aficionado solamente, pero me encanta la naturaleza, pero son hobbies, tengo un montón de fotos, y siempre busco una toma más… no sé, me trato de conectar con el sitio, no solamente presionar el botón, entonces ahí recorro hasta encontrar un punto adecuado”.

En ese sentido, comentó que a pesar de haber recorrido tantos lugares en el mundo, la provincia de Biobío tiene algo especial que lo cautiva: la cordillera.

“Es algo que debe emanar una energía telúrica tremenda, que yo la siento. Yo estuve en las torres gemelas, pero no, esto está vivo, es hermoso”, explicó respecto a la cordillera.

En ese sentido decidió plasmar todo en un libro que tuviera relación entre la poesía y la fotografía, el que tituló “La magia del Biobío”, donde se puede apreciar la cordillera en su plenitud.

Ahora, tiene un segundo libro listo, pero falta la forma de financiarlo, por lo que sigue buscando ayuda para poder dar con este nuevo proyecto, junto a otro de lingüística.

FAMILIA

Los recuerdos familiares de Gregory son importantes para él. “Cuando chico teníamos como el clan de los Lagos, porque estaba acá con mis primos, mis tíos, entonces no teníamos para qué salir a la vereda, teníamos caminos internos. En el verano venían los primos de Punta Arenas, de Quellón… era fascinante”.

Respecto a su núcleo familiar, comentó que cuando chico vivió con sus padres, su hermano y sus dos hermanas. “Cuando decidí irme, pensaban que estaba loco, porque era chico, pero yo era muy independiente y mi papá era feliz de que yo me pudiera realizar”, explicó.

 

FUTURO

Gregory se define a sí mismo como un gitano y es algo que definitivamente no puede evitar, estuvo 20 años fuera del país, (19 en Estados Unidos y 1 en Canadá) por lo mismo, ya está postulando a becas fuera del país, con la idea de seguir conociendo lugares como Nueva Zelanda o Inglaterra. “Lo que pasa es que lo mío es el inglés y es difícil vivir de ello, llegar acá y darse cuenta que no lo necesitas para nada… no tiene sentido. Necesito utilizarlo”.