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La Tribuna

¿Hasta cuándo seguiremos con actos desquiciados?

por Leslia Jorquera

Eduque a sus hijos en estos valores de la paz y el respeto. Inculquémoslos en las salas de clases. La esperanza sólo está en que las generaciones del futuro puedan terminar con esta odiosidad, que no aporta nada positivo.

La noche del domingo, un tiroteo en Las Vegas, en medio del festival de música Route 91 Harvest, dejó 58 personas muertas y 515 heridos, en un hecho protagonizado por un hombre ubicado en el piso 32 del hotel Mandalay Bay.

Quienes han podido ver los videos, se podrán dar cuenta de lo impactante del hecho, en donde los inocentes son expuestos a las mentes enfermas de ciudadanos de este planeta.

Sin embargo, no es el único hecho alrededor del orbe que tiene características de este tipo.

Ya se está haciendo común ver en los noticiarios de auto bombas, ataques suicidas, tiroteos e incluso como lo ocurrido en Francia en julio de 2016, donde utilizaron un camión para matar, en Niza, a más de 84 personas.

Ni siquiera nuestro país se salva de esta situación.

Ya se ha hecho habitual, que en las regiones del Biobío y La Araucanía principalmente, que cada ciertas semanas, antisociales radicalizados, cometen actos vandálicos, atacando trabajadores forestales y civiles, para revindicar una causa territorial indígena.

Cada país, en su contexto, sufre de estos lamentables hechos. Nadie quisiera que ocurrieran, pero están ahí, latentes, generando el caso, la desesperación y el miedo, que es la peor forma de intimidar a la población.

Habiendo un planeta, con tantas necesidades, personas con carencias económicas y sociales, perdemos el tiempo autodestruyéndonos, creyendo que nuestras causas son lo más importante y que con ello, matar o atacar inocentes es justificable. No es así. No podemos permitir que nuestra sociedad se transforme en ello.

Eduque a sus hijos en estos valores de la paz y el respeto. Inculquémoslos en las salas de clases. La esperanza solo está en que las generaciones del futuro puedan terminar con esta odiosidad, que no aporta nada positivo.

Nunca, el asesinato cobarde o el daño a personas o infraestructura, puede validarse, por nadie. Cuando entendamos eso, habremos dado el paso, mientras tanto, sólo nos queda esperar que los gobiernos, castiguen con todo el peso de la ley a quienes infunden temor y masacran sin piedad.

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