¡Qué despegue el sueño del aeropuerto!

Nadie podría negar que el gobernador de la provincia de Biobío, Luis Barceló, ha dejado los pies en el suelo para lograr que los aviones regresen a María Dolores. Lo que en algún minuto parecía un sueño imposible de lograr, hoy está a pocos meses de ver la luz. Qué mejor manera de aportar al desarrollo económico y social del territorio que la conectividad.

Los Ángeles es la capital de una provincia que aporta significativas cifras al PIB, gracias a su riqueza energética, forestal y agrícola.

Sin embargo, exportar grandes riquezas, no es sinónimo de avances. El progreso que se puede observar en las grandes ciudades y que llega muy fácilmente, aquí cuesta y mucho.

El gobernador sabe de eso y con gran liderazgo ha conducido un proceso para reactivar el aeródromo, el cual comenzó informándose del tema y que posteriormente se transformó en una extensa cantidad de reuniones, la que continuó con la característica acción de las provincias: golpear puertas para sacar adelante la iniciativa.

Si bien ahora se sumó el diputado Roberto Poblete, no se ha visto esa misma motivación en otras reparticiones públicas del Estado. Quizás con ellos luchando por la provincia de Biobío, ya tendríamos los aviones despegando.

Hoy el tema principal es la calidad de la pista de aterrizaje. El camino no es difícil. Sólo requiere de buena disposición y recursos.

No podemos continuar siendo el patio trasero de la región. No podemos permitir que las decisiones tan importantes para la sociedad de Biobío pasen por alguna autoridad sentada cómodamente en Santiago o Concepción y que viene muy poco a esta zona.

La provincia de Biobío puede transformarse en un importante centro económico para el país. Tiene el centro de inspección fitosanitaria de Cabrero, ahora falta el Paso Internacional Pichachén, la Ruta a Nahuelbuta, el Aeropuerto y un proyecto de pavimentación rural relevante.

Si logramos satisfacer estas necesidades, no sólo se generará movilidad social y mejoras en la calidad de vida de las personas, sino que haremos que nuestra zona sea una voz para la toma de decisiones. Hagámoslo.