Nuestros indios están desde el inicio y también son chilenos

Durante esta época de Fiestas Patrias, muchos tratan de rememorar lo tradicional, lo característico de las artes y costumbres de nuestro país, y por sobre todo, compartir con aquellos más cercanos, en un ambiente de celebración tal vez único en la región latinoamericana y mundial.

Decimos que festejamos nuestra independencia, lo que en muchas naciones alrededor de nuestro planeta también asimilan como un hito digno de conmemorar, sobre la base de la libertad y también de la República.

Yo creo que tan digno como aquello es poder considerar dentro de estos días a nuestros pueblos indígenas, que estaban antes de aquella colonización española, y de la cual obtuvimos la mayoría de esas tradiciones que hoy celebramos como tradiciones propias de nuestra patria.

Muchas veces son nulas las instancias en que damos valor y mucho menos, dignificación a nuestras raíces aborígenes, que ocuparon esta tierra mucho antes que las costumbres del misticismo propio de nuestra historia chilena.

Recordamos a diario la influencia que estos pueblos tienen en Chile ante acontecimientos negativos o de violencia, estigmatizando la presencia de los indígenas como una fuerza no apropiada para los intereses de todos, mientras por otro lado, potenciamos las tendencias consumistas, que por supuesto le vienen bien a la mayoría de la población, especialmente a aquellos que pertenecen a las esferas económicas más influyentes y poderosas.

No podemos olvidar, tanto durante esta época, como en todo el resto del año, el derecho que tienen todos estos pueblos, o lo que queda de ellos, a lo largo de la República de Chile, a ser parte de nuestro territorio y ejercer su cultura con el respeto que merecen, como parte fundamental y principal de nuestra historia.

En estas Fiestas Patrias, desde mi humilde tribuna, quiero tan sólo rendir un sentido homenaje a aquellas personas que son parte de nuestras reales raíces, cuyos ancestros hicieron cultura por primera vez en esta hermosa y extensa tierra, en total contraposición a aquellos que en la actualidad la destruyen, con el único objetivo de ser los más grandes dentro de uno de los pueblos más desiguales de todo el mundo.

Víctor Contreras

Periodista La Tribuna

M.A. Uni-Freiburg