Hacemos cosas grandes: proyectémonos a más

Desde anoche, nuestro país se encuentra viviendo la cruzada solidaria más importante que tengamos, la Teletón. Un acto que se inició hace 39 años y que hoy ha calado hondo en las nuevas generaciones.

Hay detractores, a los cuales hay que respetarles su opinión. Sostienen que algunas empresas lo hacen para reducir impuestos o que se usa para lavar imagen de algunas empresas. Otros aseguran que esta actividad no genera un comportamiento inclusivo real en la sociedad y tantas otras críticas.

Pero nadie puede negar, que esta acción, arraigada en nuestra cultura, mueve masas con el sólo objetivo de ayudar a que los niños y jóvenes en situación de discapacidad puedan rehabilitarse, ponerse de pie y salir adelante.

Podemos ver el vaso medio vacío, pero yo elijo verlo medio lleno. Lo que nos puede motivar realmente es replicar esta conducta en otras acciones de nuestra vida.

Por ejemplo, nuestros visitantes haitianos han llegado a Los Ángeles. Mientras algunos han optado discriminarlos y criticar su llegada (que no es culpa de ellos), otros han tomado la decisión de ayudarlos. Son seres humanos.

Colaborar a que puedan encontrar direcciones o trabajos, nos hace mejores personas.

Estamos en medio de un proceso electoral y la democracia nos permite manifestar nuestras posturas políticas. Algo maravilloso que en otras partes no se da. Pero podemos optar por llenar nuestro corazón de odio contra quienes piensan diferente o podemos aprender de tolerancia y respetar a los que no están alineados. No son enemigos, sino adversarios con distintas formas de buscar el bien común.

Generalmente somos muy críticos para hablar de los elementos negativos de la sociedad chilena, pero tenemos cosas buenas.

Chile es un país de oportunidades, estable política y económicamente y por esta razón, independiente de los gobiernos, están llegando nuevos hermanos de distintas naciones, desarrolladas y otras que no.

También, nuestro país es un lugar de gente solidaria. La rutina nos vuelve más egoístas, pero aún quedan muchas almas nobles. Gente que hace voluntariados silenciosos en hogares de ancianos, de niños, en fundaciones o simplemente que entrega parte de su tiempo para ayudar a los demás.

Y también existen políticos que quieren hacer de Chile un mejor país y no sólo buscan el poder para la corrupción.

Veamos el vaso lleno, proyectemos las cosas buenas que hacemos y pensemos más positivo. Así, lograremos grandes cosas. De lo contrario, seremos un país más, común y corriente dentro de este globo llamado planeta tierra.

¿Quiere dar el primer paso?