Definamos nuestro patrimonio local y busquemos cómo protegerlo y restaurarlo

Un intenso debate ha generado la decisión del Tribunal Ambiental de Valdivia respecto al edificio Bernardo O´Higgins de nuestra ciudad, el cual estaba siendo remodelado en el marco del proyecto de mejoras en la infraestructura de las instalaciones de la municipalidad.

Según la ministra a cargo del caso, Sibel Villalobos,  el edificio O'Higgins es un monumento de conservación histórica parcial que fue modificado por la Municipalidad de Los Ángeles sin observar las restricciones que su propio plan regulador contemplaba para la protección del mismo.

El tema patrimonial de la arquitectura y obras de las ciudades siempre genera roces entre distintas posturas políticas y sociales. Lo que para algunos son obras que construyen la historia de las localidades, para otros son simplemente estructuras antiguas que perfectamente se pueden demoler o remodelar.

Por esta razón es que debemos llegar a un consenso claro y objetivo, con la ayuda de autoridades, historiadores e, incluso, con las familias que por tradición han sido un aporte en la construcción de la sociedad y ciudad, para así determinar cuáles son nuestros elementos patrimoniales.

En base a ello, es fundamental generar un protocolo de trabajo que permita resguardar y proteger estos espacios.

En Los Ángeles hay muchos lugares catalogados como patrimonio local. Está el Ex Internado del Liceo de Hombres, la Casa de la Cultura, la capilla San Sebastián del Hospital Víctor Ríos Ruíz, la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la Plaza Pinto, la Laguna Esmeralda y el propio Edificio Bernardo O’Higgins, pero no existe en todas las personas un consenso frente al tema.

Para algunos, las acciones judiciales emprendidas por la dirigente Nivia Riquelme son un mero capricho. Pero, así como ella, hay varios angelinos y también afuerinos que respetan el patrimonio, la historia y las tradiciones de esta tierra.

Es un rol de la sociedad que habita en este lugar, de las autoridades gubernamentales, municipales y sociales, lograr que el patrimonio sea protegido, sea resguardado y nunca más derrumbado o destruido.

Antes de nosotros hubo otros que soñaron la ciudad, y una muestra de respeto hacia ellos es mantener en pie aquellos elementos que hicieron de Los Ángeles lo que es hoy. Actualmente se están levantando nuevas obras que en 50 o 100 años más también serán parte de nuestro patrimonio y no nos gustaría que sean borrados por otros, solo con la justificación del progreso. Ambos, progreso y patrimonio, pueden convivir.