Qué odiosidad más grande

Se acerca a pasos agigantados la segunda vuelta de la elección presidencial. Las campañas están presentes en las calles, diarios, radios y revistas. Se suma a eso la franja electoral que está en todos los canales de televisión.

Pero, nuevamente, las ideas y proyectos quedan de lado, para dar paso a lo peor de nuestra sociedad, la descalificación, el odio y la búsqueda de destruir a los contendores.

No se trata de un grupo político en particular, es el escenario nacional, enfrentado por el poder de gobernar el país.

Algo en que hay que ser enfático, es que no existe un grupo de poder que no quiera generar el bien común, nadie podría decir lo contrario y si es así debe probarlo. Lo que tenemos, son distintas visiones de buscar este bienestar social.

Sin embargo, de plantear los caminos para lograr el proyecto de gobierno a lanzarse de manera odiosa entre los contendores, existe una gran diferencia y claramente, los chilenos en su mayoría hemos tomado un mal camino.

Si su candidato es Guillier, infórmese, lea su proyecto de gobierno, conozca sus propuestas y opine con argumentos. Misma situación si su candidato es Piñera.

Actualmente, la ciudadanía se deja llevar mucho por las opiniones que vierten terceros, los que manejan muchas veces la inducción de los votantes, pero es necesario que las personas sepan cuáles puntos son verdad y cuáles no.

Ahora bien, si Piñera o Guillier, no son sus candidatos, respete a la contraparte que no piensa como usted. Valoramos la democracia, pero intentar con campañas del terror, con presiones forzosas u otras actitudes imponer su postura a los otros, esas son conductas autoritarias.

Lo más importante, sea cual sea el aspirante a La Moneda que se imponga el próximo 17 de diciembre, es que quienes no votaron por él, respeten lo que determinó la mayoría. Más adelante se podrá ir criticando las cosas que no se están haciendo bien, para buscar mejorarlas, pero, si gran parte de Chile toma una decisión, lo más digno de una sociedad libre, es saber perder.