No hay que maltratar a los animales

Frente a la masiva muerte de mascotas en Cabrero, que deberían ser materia de investigación y que presumiblemente se debe a la acción premeditada del hombre, nace la ineludible conclusión que aquel que abusa de los animales no tiene respeto hacia otros seres vivos y genera el riesgo de violencia contra otras personas.

El maltrato animal debe ser abordado como un grave problema social por las implicaciones que tiene en el desarrollo de una comunidad sana. Es la autoridad la que se debe encargar de perseguir y castigar a quien es capaz de matar, dañar o pegarle a un animal indefenso.

Como ciudadanos también debemos hacernos parte de las denuncias y tomar acciones cuando somos testigos de algún abuso a los animales.

Si bien es cierto que lo acontecido en Cabrero puede ser una matanza intencional para perpetuar robos, como creen algunos vecinos, no se debe dejar pasar la oportunidad para tomar posiciones ante esta problemática social que vulnera la importancia de los animales y mascotas en nombre del desquicio de algunos hombres, incluyendo en este caso los mismos maltratos caseros que llegan a ser cotidianos.

Por tanto, a culturizar, que es un educar al que se le suma algo más. Debemos culturizar, como sociedad, desde las instituciones educativas de todo nivel, las familias, empresas y muy particularmente desde los medios de comunicación, para crear conciencia sobre el maltrato animal.

La solución para los casos de maltrato y negligencia contra los animales recae en la elaboración de reglamentos y organismos fiscalizadores que sancionen estos actos. Además de la creación de conciencia en la población con respecto a la tenencia responsable de mascotas.

Actualmente, el tema animal se encuentra contemplado en la legislación chilena en el Código Civil y la Ley de Caza. Sin embargo, es el Código Penal el cual sanciona expresamente el maltrato o crueldad para con los animales. Éste condena a los actos de esta índole como simple delito, estableciendo la pena de privación de libertad, desde 61 a 540 días, y multas de 1 a 10 ingresos mínimos mensuales para quienes los cometan.

No obstante, hace falta medidas más rigurosas y un completo cambio cultural para poner freno a un problema que día a día va en ascenso. No dejemos que las cifras de abandono animal aumenten y que las noticias sobre descabellados actos de violencia contra perros y gatos se repitan en la provincia. Y por qué no decir sencillamente: “Ni Uno Menos en Cabrero”.