A propósito del "Chino" Ríos&

A raíz de los dichos vertidos contra la prensa esta semana por Marcelo “Chino” Ríos, dichos que no replicaré por resultar para muchos irreproducibles, comento que soy de aquellos que no se escandalizaron.

Primero, porque más allá de lo expresado por el ex número 1 del tenis mundial puede resultar ofensivo y grosero, dimensiono que no es primera vez que la mejor raqueta de la historia del país tiene estas “salidas de madre”, que lo único que hacen es perjudicarlo a él mismo.

No lo exculpo de su error como tampoco lo condeno y menos puedo defenderlo, pero como chileno y alguna vez hincha de él, sopeso sus dichos y los contextualizo simplemente dentro de lo que ha sido su habitual comportamiento con los medios de prensa.

Segundo, en relación a lo ofensivo que pueden resultar sus palabras para el gremio de los periodistas, como tal manifiesto que no me sentí tocado por su encendida frase que, para ser justos, fue copiada de otro grande del deporte mundial como fue Diego Armando Maradona, al cual tampoco defiendo en lo que respecto a su vida privada.

Y no me doy por ofendido, porque creo que uno debe molestarse en el ejercicio de su profesión cuando atacan el trabajo personal de uno sin fundamentos y conocimiento de la labor desempeñada.

Lo expresado por Ríos, por muy vulgar que parezca, es su opinión respecto de una profesión en particular y allá él con eso. Yo, particularmente, intuyo que él como persona deja mucho que desear en varios ámbitos.

Sin embargo, no puedo dejar de desconocer al ídolo nacional que alguna vez encumbró el nombre del país en lo más alto del tenis mundial.

Siento que como sociedad cada vez nos hemos transformado en un colectivo que ante la más mínima falta de un personaje público reacciona de la manera más grave, pero hipócritamente.

Es deseable que todos quienes tienen la oportunidad de destacar en alguna actividad siempre en el ámbito público cuiden su comportamiento y sean permanente ejemplo de integridad y buenas costumbres, sin embargo, sabemos que como cultura constantemente estamos agrediéndonos y eso a lo único que nos lleva es a presenciar reacciones como en las que incurrió nuevamente el “Chino” Ríos ante las cámaras.

Pero pregunto: ¿Cuántos de nosotros en la vida privada sentimos el impulso de descargarnos groseramente ante aquellas situaciones que nos molestan? Ojalá todos viviéramos en un constante estado de paz sin el menor atisbo de violencia en nuestras actitudes, pero también no hagamos de los infortunios y caídas del resto un “pandemónium” moralista.

Juan Pablo Vergara

Periodista Diario La Tribuna