La última entrevista de Luis Barceló como gobernador de Biobío

A un día de entregar su cargo, Luis Barceló Amado, quien se desempeñara como gobernador de Biobío durante los últimos 4 años, dialogó en forma exclusiva con Diario La Tribuna para entregar sus reflexiones en torno a lo que fue su gestión al mando de la Provincia, en el transcurso del gobierno que termina de la Presidenta Michelle Bachelet.

De sus mayores satisfacciones como también de sus frustraciones y de sus planes futuros conversó la saliente autoridad, quien a contar de las 10:00 de la mañana de este domingo deja de ser el gobernador de Biobío, investidura que pasará a manos de Cristian Fuentes, el nuevo jefe provincial que designó Sebastián Piñera.

¿Cómo evalúa su experiencia al mando de la provincia de Biobío durante el presente gobierno de la Presidenta Bachelet?

Muy positiva desde el punto de vista humano, es una experiencia linda, tuve la oportunidad de interactuar con toda la población de la Provincia: chilenos de origen criollos y chilenos de origen mapuche o pehuenche, empresarios, sindicatos, asociaciones gremiales, profesionales, individuos de carne y hueso, pensionados, etcétera. Atendimos muchos casos humanos en salud, en materia de casos sociales, en temas de casas. Ser gobernador es un trabajo muy lindo, porque es un trabajo polifacético, que tiene muchas caras.

De todas las iniciativas que le tocó liderar y fueron concretadas durante su administración, ¿de cuál se siente más orgulloso?

De lo que podría sentirme más contento podría ser que dimos un paso adelante, muy importante, en hacer la interconexión vial con Argentina, en cuanto a que logramos sacar, terminar y dar a conocer públicamente el estudio de prefactibilidad del camino internacional a Argentina por Pichachén. Lo segundo y en el mismo tema es que ya se está haciendo el diseño de arquitectura del Complejo Fronterizo. Dada las grandes inversiones que el Estado ha hecho en esto sería ilógico ahora pararlas o desatenderlas y dejarlas botadas. Lo lógico y así va a ser, no tengo ninguna duda del Presidente Piñera, es que eso va a seguir avanzando para que logremos tener un camino asfaltado en algunos años más hasta el paso fronterizo. En lo relativo al complejo aduanero, debiera estar dentro de este año el estudio arquitectónico, lo que implica que, probablemente, a fines del 2019 pudiésemos estar comenzando a construir el nuevo complejo.

Y de aquellos proyectos que partieron durante su gestión, pero que finalmente no pudieron concretarse, ¿cuál de todos es el que más lo frustra?

Uno es el caso del aeropuerto, al cual incluso se le hicieron adecuaciones, inversiones en reparaciones de sello en las pistas, de acercamiento por razones de seguridad, de pintura. Para el gobernador que habla era muy importante lograr la conectividad aérea, en una ciudad que no tiene conectividad por vía férrea y que sólo tiene conectividad caminera. La idea era traer líneas aéreas hacia acá. Llegamos a acuerdos para ese efecto, después de haber proporcionado todos los antecedentes para hacer un estudio de mercado, que fue ratificado por la línea aérea Jetsmart, para que llegaran aviones a Los Ángeles todos los días con destino a Santiago y viceversa. No obstante, nos encontramos con el obstáculo de que los aviones de la empresa pesan más que los límites de resistencia que tiene la pista. Ante esa situación la Dirección de Aeropuertos llegó a la conclusión de que no teniendo clara la resistencia de la pista, primero habría que realizar un estudio de resistencia de la misma. Ese estudio se va a hacer ahora, debiera hacerse durante este primer semestre. Es uno de los puntos que le voy a dejar al gobernador entrante, para que ponga lo mejor de sí para que logremos sacer este informe.

Usted reconoció recientemente que, en materia de persecución penal respecto de los atentados incendiarios que han afectado a dueños de camiones y maquinaria, el gobierno que usted representa fracasó, ¿reitera esa apreciación?

Esa es una situación que estamos al debe, tendríamos que cerrar lo ojos o ser demasiado cínicos y no soy ciego ni cínico. Evidentemente, estamos al debe en eso, pero no sólo como gobierno, sino que como Estado. Aquí hay un sistema conformado por el Ministerio Público, tribunales de Justicia, Policías y Gobierno Interior. Todo el sistema ha estado al debe, que duda puede caber.

En su opinión, ¿qué se requiere para la solución a este tema?

Este ya no es un tema que sólo son reivindicaciones económicas, son definiciones políticas que hay que tomar como Estado. En ese sentido, el gobierno de la Presidenta Bachelet, ahora al mandar recién un proyecto de cambio constitucional plantea, por ejemplo, el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios y, a mi modo de ver, hay que ir avanzando hacia espacios de autonomía en algunos lugares donde se pueda hacer. Eso tendrá que evaluarlo el gobierno de turno con los que participen en el diálogo. A mí me parece que uno de los lugares donde se puede es Alto Biobío.

Y esa autonomía, ¿qué implicaría?

Implica ciertas cosas básicas como administración, recursos económicos. Entiendo, por ejemplo, que los recursos naturales que están en Alto Biobío le deben pertenecer prioritariamente al pueblo pehuenche o a los habitantes de Alto Biobío (…) Son temas en los que hay que ir ganando espacios para que ellos puedan, como se hace en otras naciones que están más adelantadas en estas materias que nosotros, tener espacios de crecimiento propio, conservando su cultura.

Pero bajo esa misma lógica, los distintos territorios del país cuentan con recursos naturales, ¿no cree que abriría una puerta para que surgieran nuevas reivindicaciones de otras comunidades?

Yo me estoy refiriendo a los pueblos originarios y en este caso específico ellos piden eso y no veo la razón para negárselo, quieren eso como una forma para preservar su cultura, entienden ellos que son distintos a nosotros y yo también entiendo que son culturalmente diferentes a nosotros.

¿Cuál considera que fue el momento más complicado de su administración?

El inicio fue bastante complicado, porque tenía gran parte de la clase política de mi misma alianza en contra; solamente tuve el apoyo inicial del diputado Poblete y punto. Después, al cabo de unos meses fue agregándose José Pérez Arriagada, quien también me brindó apoyo político. En general, diría que el primer año fue bastante difícil. Posteriormente, -porque no lo quiero esquivar- está el tema del incidente que tuvimos con la intendencia (Censo), algo que está superado.

¿Cómo fue su relación con el alcalde de Los Ángeles, Esteban Krause, considerando que él estuvo antes en su cargo durante los anteriores gobiernos de la Concertación?

Fueron buenas, no fueron malas, nosotros no tenemos ninguna relación de amistad, pero es una relación absolutamente cordial, cívica, colaborativa, desde ese punto de vista no tengo reclamos.

A contar del lunes, ¿qué es lo que hará, tiene pretensiones políticas a futuro?

Dormir un poco más (ríe). Tengo algunos planes familiares y veré si algún día vuelvo o no a la profesión (abogacía). En cuanto a la política, sí voy a estar inmersa en ella, pero desde la vereda de las personas comunes y corrientes, bregando por el desarrollo de la provincia de Biobío.

¿Le gustaría ser alcalde de Los Ángeles algún día?

No digo que no me lo haya planteado, porque volvería al tema del fariseísmo y no soy fariseo, me lo he planteado, pero digo sinceramente que en este momento no forma parte de mi agenda.