Lo mejor que pueden hacer es quedarse

La noticia política de la semana en los principales portales y medios de comunicación, ha sido la tozudez de los funcionarios de confianza de la Gobernación Provincial que no han querido presentar su renuncia al cargo, sin permitir que el nuevo gobierno, democráticamente elegido, pueda instalarse como corresponde.

Claramente, hoy la legislación laboral para ellos juega a favor, e incluso existen fallos de la Corte Suprema, validando este tipo de actos en favor de los funcionarios públicos, sin hacer distinción entre aquellos que prestan un servicio profesional administrativo o quienes llegan solo por un padrino político, un pariente poderoso u otras razones a cargos y no necesariamente por sus cualidades o talentos profesionales.

Hoy, quienes están en el ojo del huracán son principalmente Marcelino Rivera, ex jefe de Gabinete de Luis Barceló – quien representó a la presidenta Michelle Bachelet en la provincia de Biobío – el yerno del diputado José Pérez Arriagada, Carlos Pincheira (PRSD); el asistente social e integrante del Partido Comunista, Jonatan Morales y según fuentes al interior del gobierno, Alejandro Jerez, dirigente socialista de la comuna de Tucapel, aunque este último estaría precisamente prestando una labor técnica, por lo cual, aunque le moleste a la nueva administración, no puede estar en la lista.

Sin embargo, quienes salieron con la frente en alto, fueron los integrantes del Partido Por la Democracia (PPD), Carlos Maturana y Patricio Coronado, quienes al no convivir con las ideas del nuevo gobierno, dieron un paso al costado y hoy, como cualquier ciudadano, se encuentran en búsqueda de nuevos horizontes laborales.

Sobre otros de los cargos de confianza relevantes del tercer piso de la Gobernación, la periodista, Marisel Venegas, también se han esgrimido algunos cuestionamientos por no salir del puesto, pero según confirmó nuestro medio, ella puso su cargo a disposición y bajo la venia de la nueva autoridad, María Teresa Brown, decidió continuar trabajando, esta vez, para el nuevo gobierno de Sebastián Piñera.

Respecto a los “quedados”, probablemente no pensaron que hay algo que va más allá de la legislación y es como dijo el ex intendente “la decencia política”. Ellos simplemente no la tienen. Ahí están, entorpeciendo. Su presencia ahí hoy no aporta en nada.

Pero aunque suenen contradictorias mis palabras, lo único que les queda hoy, es dar la lucha por mantenerse en las filas, porque esto ya se les fue de las manos. Las denuncias y cuestionamientos públicos de tantos líderes políticos de su propio sector que ocuparon altos cargos no serán borrados de ningún lado, por lo cual, si hoy optan por renunciar, probablemente se les haga muy difícil encontrar un nuevo trabajo, porque ya sea en el sector público o privado, lo que más vale de una persona, es el nivel de confianza que se puede tener y el comportamiento visto, aunque se ajuste a la ley como ellos defienden, es visto como una burla, una falta de tino y una obstrucción a las tradiciones republicanas. Ellos entraron el 11 de marzo de 2014 a esos puestos, que estaban en su totalidad desocupados y hoy, más que un tema de “justicia laboral”, lo que pesa más es la dignidad, que ellos claramente no tienen.

Gabriel Hernández Veloso, director Diario La Tribuna.