Las empresas se construyen desde los trabajadores

Los procesos productivos de las empresas, a niveles corporativos, siempre están siendo llevados a las cifras de un Excel, olvidando muchas veces el valor humano que existe detrás de esto.

Existen buenas empresas, como por ejemplo CMPC, de las cuales muy pocas veces sabemos de conflictos internos graves o de movilizaciones, porque ellos tienen a sus colaboradores como centro de su quehacer.

Hoy en día, más allá de las ideologías, el pensamiento de las empresas, se ha ido “horizontalizando”, es decir, se le da el mismo valor humano a un gerente que al último y más humilde de los trabajadores.

¿Por qué se hace esto? Básicamente porque quienes están en el proceso productivo son el verdadero motor de cambio y crecimiento.

Hay empresas que tomando este elemento han generado instancias de “excelencia operacional”, que consiste en que los mismos funcionarios presentan proyectos de mejoras que se traducen en optimizar recursos o generar nuevas áreas de negocios.

Lamentablemente, pese a verse muy bonito, esto no opera en muchas compañías, donde el sometimiento al contrato de trabajo, se aplica sin valorar a las personas que construyen valor al negocio.

Un buen equipo de trabajo parte siempre con un buen líder, que se involucra en el bienestar del personal, porque sabe que si este profesional o trabajador se siente apoyado por su empresa, puede que el factor sueldo u otro, quede de lado al momento de tener una nueva oferta, porque siente que donde está, es importante.

Los nuevos jefes, no mandan, sino que guían a las personas e inspiran entusiasmo, comparte los éxitos con todos y no sólo los presume ante el resto. Un verdadero jefe no tiene “empleados”, tiene un equipo de trabajo o colaboradores.

Hay que extirpar este tipo de liderazgos negativos y egoístas, por los que motiven positivamente a quienes aportan bajo un sueldo, para que una compañía crezca y genere utilidades para otros.

Finalmente un buen líder de estos nuevos tiempos, hace hasta lo imposible porque su equipo eleve su autoestima, porque cuando el jefe permite que la gente crea en sí misma, no hay límites en lo que se pueda lograr.