El trabajo formativo de la Policía de Investigaciones para educar sobre la ley 20.000

La Brigada Antinarcóticos y contra el Crimen Organizado de la PDI de Los Ángeles no solo efectúa operativos para ayudar a sacar drogas de circulación. También centra sus esfuerzos en educar a la comunidad acerca de las implicancias de la ley 20.000.

“Si bien no existe un departamento de educación antinarcóticos en la provincia, a diferencia de la Región Metropolitana, son los mismos funcionarios policiales que se dedican a la investigación de tráfico también dedican gran parte de su tiempo a concurrir a colegios, organizaciones vecinales, con el objetivo de informar”, comentó el comisario Juan Bravo Sandoval, jefe de la brigada.

La Policía de Investigaciones está apuntando a tener investigaciones de calidad y profesionales. También la parte formativa ha tomado fuerza para que cada persona pueda conocer  cuáles son las consecuencias de consumir, compartir o vender drogas.

“Por ejemplo, como encargado de un establecimiento educacional que toma conocimiento de un hecho también tiene responsabilidad pues debe conocer cuáles son sus derechos, obligaciones y deberes respecto de lo que tiene que ver con consumo y tráfico”, agregó el comisario.

LOS MÁS JÓVENES

Los oficiales se dedican a informar y dar a conocer estos aspectos judiciales principalmente a los más jóvenes. Han realizado distintas intervenciones en colegios y en cursos a partir de sexto básico hasta cuarto medio.

El comisario Bravo contó que la labor educativa comienza con niños y jóvenes, desde los 12 años para que conozcan que la infracción a la ley 20 mil puede “conllevar multas o sanciones, que si no se cumplen los pueden afectar cuando alguien quiere sacar su licencia de conducir por primera vez, por ejemplo”.

Destacar también el problema social y familiar que se genera en torno al consumo o la venta es uno de los objetivos del jefe de la Brigada Antinarcóticos: “Si bien el menor no trabaja, el hecho de consumir y que te multen estás traspasándole una responsabilidad también a los padres. Si el niño o el joven no trabaja quien tiene que desembolsar el dinero son los padres. Entonces ya trae un problema para la familia”.

CUMPLIR LA LEY

En el último tiempo han surgido distintas organizaciones sociales, respaldándose en estudios que plantean que los componentes de la cannabis podrían ayudar en tratamientos médicos.

La discusión acerca de los usos recreativos y terapéuticos  de la marihuana considera también las posturas y estudios que dicen que el consumo de esta droga puede afectar el desarrollo cognitivo.

Legalizar o no es un debate que se debe dar en la esfera política y legislativa: “Como policías hacemos cumplir la ley como está escrita hoy en día, no podemos actuar algunas veces y otras no. La ley está para cumplirse y nosotros somos el organismo del Estado dedicado a ello. A nosotros se nos ordena darle cumplimiento en este caso a la ley 20.000”, explicó el comisario Juan Bravo.

La mencionada norma estipula no solo prohibiciones con respecto al cultivo, posesión y consumo  de marihuana, sino que establece los mismos parámetros para un amplio listado de drogas, entre ellas las sintéticas. Excluir a la marihuana de este listado, o legalizarla como se ha hecho en países como Uruguay, es una decisión que debe tomarse en otros estratos de la sociedad.

“Si se llega a modificar nosotros en forma inmediata aplicamos las modificaciones de la misma forma. En ningún caso nos oponemos. Nosotros hacemos cumplir la ley como está escrita. No somos quién para decir que esté bien o mal. Esa parte no nos compete”.

GRATIFICANTE EXPERIENCIA

Las jornadas educativas han sido muy provechosas tanto para los jóvenes como para los mismos detectives: “El hecho de que tanto niños, jóvenes y adultos pongan atención nos dice que hay un interés. Nunca nos venimos sin contestar muchas dudas de parte de los asistentes”.

Además, aclaró que las intervenciones en distintos establecimientos y organizaciones sociales de la provincia están siempre dirigidas a todo público aunque con los más jóvenes se establece una comunicación especial: “Si bien a los 18 años se es joven todavía, ya hay mayoría de edad. Es posible que haga lo que quiera con su vida, pero no es la idea. Como están los jóvenes o los niños en una etapa de formación es la mejor edad para darles a conocer lo bueno y lo malo de las drogas”.