Mitos de provincia del Biobío: relatos que sólo los habitantes conocen

Sin duda dentro de la provincia del Biobío, son muchas las leyendas que rondan en la memoria colectiva, algunas espeluznantes, otras misteriosas, otras guardan relación con historias de familias históricas que crecieron en alguna de las catorce comunas que componen esta bella zona.

De ello conocen, muchos sus habitantes, quienes explican que creer está en cada quien, pero una vida sin leyendas,  entrega mucho más valor a quienes desean conocer los orígenes de sus tierras y de donde crecieron sus familiares.

Por ello, La Tribuna FinDe le entrega una presentación de dos interesantes leyendas sucedidas en una conocida comuna ubicada a 40 kilómetros de Los Ángeles, se trata de Quilleco. 

Estas sucedieron en diversos lugares, que hasta el día de hoy se encuentran disponibles para todos lo que quieran visitarlas en búsqueda de mitos que son reconocidos por sus habitantes más antiguos.

Ambas leyendas a las que se pudo acceder, guardan relación con el entorno natural que rodea a esta bella comuna, que se destaca por ser un lugar tranquilo, apacible y lleno de magia, bañada en cultura pehuenche, que se desarrolló en este lugar.

EL CERRO DEL DIABLO

La primera de estas, descansa en la localidad de Villa Mercedes –exactamente a un kilómetro de Quilleco-, donde se emplaza una misteriosa colina que lleva por nombre “Cerro del Diablo”.

Mucho ha sido el debate que ha generado este lugar entre sus habitantes, por el mito o exageración respecto de estos sucesos que han atravesado decenas y quizás centenas de generaciones, que guardan cariño por un reconocido sacerdote que vivió en este lugar hace decenas de años.

El llamado cerro de del Diablo, es un lugar rodeado de naturaleza, para los habitantes que aún lo conocen, que mantiene temidos relatos y mitos que erizan la piel de todos aquellos que se consideran creyentes, pero sin embargo, este es un lugar que muchos -por su atractivo- deciden visitar en busca de una buena aventura.

Según cuenta una de las leyenda, hace mucho tiempo, cuando este sector comenzaba a ser habitando, un sacerdote atendía una querida iglesia que ahí se emplazaba y mantenía mucho interés entre sus lugareños, quienes le eran fieles y mantenían en el mucha fe depositada. 

Según dice el mito, este hombre tenía la capacidad de convertir a tantas personas con su prédica, según palabras relataba, por ello era tan renombrado en el sector.  

Debido a esto, muchos ancestros dicen que un día, cuando esta persona paseaba por el cerro se le apareció el mismo diablo en persona.

En aquella oportunidad, este ser de oscuridad le pidió al sacerdote que trabajara para él, por su gran desplante, a cambio de lo que él quisiera, siendo esto sin límite ni fronteras.

La negativa del fiel eclesiástico con Dios, enfureció tanto al diablo que le lanzó un duro conjuro, lo dejó sin habla. Debido a esto, el hombre no pudo volver a predicar, al menos nunca más con lo que más lo caracterizaba: La palabra.

EL ENTIERRO DE MARILEO: OTRA HISTORIA DIGNA DE CONOCER

Pero no sólo este es uno de los hechos que más llama la atención a los lugareños y de ello conoce bien el antropólogo y etnohistoriador, Germán Sepúlveda Mellado, quien explicó que esta comuna también guarda en sus relatos diversas historias, pero de ellas, la que más ha pasado de generación en generación, es la del Entierro de Marileo.

El profesional explicó que Marileo, es un sector que guarda la denominación de antiguas comunidades pehuenches que habitaban el sector sur de la comuna de Quilleco, y mantienen relación al linaje que ocupaba su territorio desde fines del siglo 19 y su traducción significa “Los 10 Ríos”.

Este, se encuentra ubicado entre los sectores de Centinela y Los Naranjos, y es precisamente donde afloran muchas de estas historias mágicas que se dan por ciertas.

Hace varias décadas atrás, los campos de la comuna de Quilleco eran parte del Granero de Chile, sus cultivos de trigo eran característicos y las poblaciones vivían en torno a la cosecha de espigas. Fue en estos tiempos, en que un lugareño que pasaba por los caminos de Marileo, en su andar diviso una serpiente que se le atravesó escondiéndose al costado de un árbol.

El hombre al ver este animal, no dudó en abalanzarse sobre la culebra que ya se había perdido entre el suelo del lugar, al ver que la perdía, comenzó a escarbar la tierra barrosa sin perder de vista al animal mágico, hasta que le dio caza.

Cuando la tuvo entre sus manos esta se esfumó dejando ante el “una carga”, que es un objeto cilíndrico que tiene tapa que va atornillada al revés.

El hombre al tomar la carga, sintió que el paisaje se retorcía, lo real se volvía difuso y sin soltar el trofeo capturado, salió del costado del árbol, quedando al lado del camino, ahí  comenzó a pedir ayuda. Por horas no pudo moverse, mientras la gente que pasaba no lograba verlo, ni escuchar sus gritos de auxilio. Con voluntad férrea logró zafarse del lugar y llevó su carga de ahí, perdiéndose por mucho tiempo.

Según los relatos de ancestrales lugareños, narran que este hombre se fue a cruzar los tres ríos necesarios para dejar atrás la maldición que trae consigo estos trofeos, que entrega el suelo, otros dicen que “el cachuo” le llevó el alma en la ocasión, pero lo que si es cierto, es que muchos dan por cierto este relato.

Otros tantos, cuentan que lo vieron lleno de tierra y con la carga en las manos, cuando relató su experiencia aun sobresaltado. Así que si anda por esta comuna y ve algún animal que le cause sospecha, piense bien antes de decidir tomar el regalo del bajo mundo, pues puede llevarse su alma en ese intento.

Por ello, si decide visitar esta bella comuna, le contamos que acá existen muchas otras historias que deleitan a los amantes de los mitos que han ido de generación en generación.