¿Un desaire al Papa?

El día de ayer, se dio a conocer que el arzobispo emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, decidió no viajar a Roma a los encuentros que tendrán los miembros de la Conferencia Episcopal chilena con la máxima autoridad de la Iglesia Católica.

Según sus cercanos, estaría cansado de tanta polémica, razón por la cual habría tomado esa decisión.

Sin embargo, su actitud no hace otra cosa que aumentar la tensión y el debate frente a los supuestos encubrimientos abusos sexuales cometidos al interior de la Iglesia.

Esta situación no es cómoda para nadie, ni para el mundo católico, ni menos para quienes están en contacto directo y permanente con la comunidad como son los sacerdotes, hermanos, monjas y otros, que deben permanentemente estar dando las explicaciones a los fieles de situaciones que no les corresponde.

Dentro de las especulaciones que han trascendido es que Errázuriz, tendría sus días contados en el Consejo de Cardenales que asesoran al Papa en la reforma de la curia romana y claramente esta suerte de “desaire”, no hace más que echarle más leña al fuego.

Hace unos días ya lo mencionábamos. Hoy la iglesia está pasando por un momento muy delicado. Los cuestionamientos y acusados por abuso sexual, han manchado a la institución religiosa y con ello, perjudicado a quienes llevan una vida acorde al mensaje de Cristo, sin cometer estos actos.

Lo que debería ocurrir, si existe una verdadera intención de la Iglesia chilena para contribuir en que estos episodios de abuso jamás se repitan y para que nunca más haya encubrimientos, es participar de cada una de las acciones destinadas para ello. Todo lo demás, seguirá afectando al mundo católico y a la sociedad.

Hoy, existe un fenómeno muy incómodo, porque todos estos casos, atentan contra algo que va más allá de lo descriptible y que es la fe de las personas. Se está distrayendo la atención por el mal comportamiento de algunos, colocando en el mismo saco a otros y lo que es peor, generando un éxodo de fieles.