Hablemos del Sida& es urgente hacerlo

Por cada cien mil personas, existen trescientos cuarenta y dos personas infectadas de VIH en Chile, en una de las cifras más preocupantes del último tiempo.

Se estima que el 50% de los casos no han sido diagnosticados, es decir, un número importante de personas, superior a las 65 mil, no tienen la menor idea que son portadores de este virus y caminan libremente como si nada pasara.

La educación sexual del país, tanto pública como privada, en es paupérrima y este tipo de indicadores lo demuestra. Lo mismo ocurre con esta orientación a los hijos por parte de los padres. Parece que todavía, mencionar el pene o la vagina en una conversación suena de mal gusto y es preferible ocultarlo. Esto no puede ser.

Hoy estamos prácticamente en una pandemia. Si esas miles de personas, circulan por el país y tienen relaciones sexuales, fácilmente y en un corto plazo, pueden duplicar y hasta triplicar esta cifra.

Hoy se requiere de medidas urgentes y no meras declaraciones. Esto es grave.

Una propuesta de solución sería dejar atrás los pudores absurdos de la sociedad y ofrecer de manera voluntaria y secreta este examen en los colegios y facultades universitarias. Eso tiene más validez que estar enseñando a hacerse abortos.

Los directores de salud, los establecimientos de educación escolar y superior tienen un gran rol que jugar en esta carrera contra el tiempo.

Lo mismo con los padres. Aún muchos viven en la burbuja de pensar que sus hijos no tienen relaciones sexuales y, por no tocar los temas, luego se encuentran con embarazos adolescentes o como ahora, con estas terribles enfermedades crónicas.

Cerca del 15% de los adolescentes, tienen su primera relación sexual antes de los 14 años. De hecho, según un estudio de la Universidad Católica, el 18% de los hombres tienen sexo entre los 11 y los 14 años.

Hoy el acceso al sexo, a los contenidos no aptos para menores no tiene filtros. La sexualización de los contenidos publicitarios, de la televisión y tantas plataformas disponibles, muchas veces llevan a los preadolescentes a experimentar cosas en las que no están preparados. Si los dejan botados o con campañas poco persuasivas, seguiremos peor. Está más que claro que no basta sólo con el gobierno. Hay responsabilidades individuales y familiares que debemos tener.