PARTE III Problemas En El Camino Recorrido

Se mencionó en el inicio de este relato, de la génesis del Canal del Laja y de la Asociación de Canalistas, que no se aceptaba que el Estado participara en proyectos como los de regadío en este caso, ya que los mismos beneficiados les correspondería financiar y construir las obras, una vez que se modificó este criterio por parte del Estado, éste participó y financió las obras. En 1927 el Estado entrega la administración del canal a la Asociación. El fisco establece un monto de dinero a reembolsar y plazos para cancelar, los que se fueron prorrogando hasta 1936. En 1960, se acordó pagar el total de la deuda pendiente de una sola vez.

Otro gran y grave problema que viviría la Asociación, con  el inicio de la expropiación de los fundos por la CORA (Corporación de la Reforma Agraria), complicando en forma muy profunda la distribución de aguas, sería muy largo de describir, pero para la asociación fue una situación difícil de soportar y más aún de ordenar a futuro.

La creación de Endesa y construcción de la Central Abanico, fue sin duda, una obra de adelanto importante. A partir de esta Endesa considera la cuenca del Laja, como muy favorable para generar electricidad. Se supuso que esto aumentaría el caudal del río  permitiría incrementar la superficie susceptible de regar. El sistema se consideraba asegurado, por la presencia del lago Laja. En 1952, por decreto declaró agotado el río Laja. Posteriormente en 1958 se firma un convenio entre Endesa y la dirección de riego. En este convenio no participan los regantes (se confió por pertenecer las 2 entidades firmantes al Estado). Fue lamentable pero, se estableció una cantidad de agua arbitraria para el uso de los regantes.

Se autoriza la construcción del Canal Laja-Diguillín, a pesar de haberse declarado agotado el río Laja, sabiendo que desde 1988 el nivel del lago disminuiría progresivamente y era evidente que podría faltar agua para el riego. Lograron secar el río, desapareció en el periodo estival el Salto del Laja (principal atractivo turístico de la zona). Esta situación  es una amenaza permanente para la Asociación y sus más de 2000 regantes. Es muy difícil aceptar esta condición, después de estar hace 100 años, haciendo todos los trabajos y esfuerzos necesarios para mantener la Isla de la Laja en las condiciones actuales.

Actualmente, se está discutiendo y próximamente irá a trámite parlamentario, modificaciones al “Código de Aguas”.

Podría ser también una potencial amenaza para la Asociación, porque desgraciadamente la discusión se ha ideologizado, al extremo que personeros políticos, hablan de expropiar el agua, aparentemente olvidando que el agua está definido como “un bien nacional de uso público”. Ojalá prime la cordura y los argumentos técnicos.

La contaminación de los canales con elementos de todo tipo, aguas servidas y substancias extrañas, especialmente en los canales que atraviesan la ciudad, es un gran problema que mantiene a la asociación y municipalidad permanentemente en ascuas. Es un problema de ignorancia y falta de cultura lento de solucionar, pero al cual es muy necesario llevarlo a un primer plano e iniciar una campaña en los colegios y escuelas.

Daniel Urrutia

Médico Veterinario

Asociación de Canalistas del Laja