Ex boxeador profesional dicta cursos gratuitos en Laja

Luis Arratia, el ‘Ardilla’, para algunos puede ser un nombre sin mayor sentido, pero a los amantes del mundo del boxeo debería ser más que familiar.

Es un hombre que se crió en Curicó, su ciudad natal, pero desde hace más de 30 años que se radicó junto a su familiar en la comuna de Laja, específicamente en el Alto del Laja.

Con sus casi 65 años, imparte clases de boxeo a todos quienes deseen aprender, aunque no cierra las puertas para todos aquellos que, sin ser un niño, tienen el alma como tal, y pretenden aprender este deporte.

“Para mí ha sido muy linda mi experiencia en el boxeo. Llegué a Laja por el deporte. Yo voy a cumplir 65 años, y llegué más de 30 años. Ha sido una bendición muy linda llegar acá, porque hemos sido muy queridos y respetados. Estamos trabajando por la juventud, y todos los que quieran llegar a la sede, desde niños hasta adultos. También hay adultos que quieren practicar, y no podemos quitarle la ilusión”, comentó.

Además, añadió que “Martín Vargas estuvo en mi casa, Chifledo Mendoza también, porque mi casa ha sido de muchas bendiciones, porque mi hogar es humilde, pero el corazón es grande. Mi carrera fue muy dura, porque cuando mi padre supo que peleaba me dio una zumba, porque eso no daba para un hijo de Carabinero. Yo nunca he tomado ni fumado, por eso que yo no me canso cuando entreno, y los niños sí”.

Aparte de entrenador, se dedica a ser un consejero de vida, aconsejando a sus pupilos de que el boxeo no es para pelear por la calle, y también que los vicios no son buenos para la salud.

“Hay que tener paciencia, y realmente el empeño y hacer lo que uno quiere hacer. A veces estoy enfermo, pero no voy al hospital, sino que voy a entrenar. Tenemos un respeto, hacemos gimnasia, lo que debemos hacer, pero todo con respeto. Por ejemplo, ellos saben que si llegan con sus pololas, del portón hacia dentro son deportistas, no pololos”, sostuvo.

HISTORIA DE VIDA AL SERVICIO DE LOS QUE MENOS TIENEN

“Es tan hermoso lo que se hace, yo me siento muy feliz por esto. Cambiar los niños, a ser respetuoso, es algo que gozo mucho. Yo vivo en Alto del Laja, en la sede Bachelet, y el alcalde Pinto nos pasó esa sede para poder entrenar ahí. Nos facilitaron implementación, aunque en este momento no contamos con ring, en San Rosendo sí, pero acá no”, señaló, asegurando que un ring usado alcanza la suma cercana al millón de pesos, algo difícil de costear para él.

Es una actividad que realiza de forma gratuita, sin costo para el municipio, y sin costo para quienes desean practicar este deporte. De hecho, él mismo compra algunos implementos para regalárselos a sus pupilos, sobre todo aquellos que no tienen los recursos para poder pagarlos.

La mayoría de los integrantes son de escasos recursos, y de seguro que tendrían más y mejores resultados si contaran con un gran apoyo económico que les permitiera implementarse mucho más, con artefactos profesionales.

“Yo pelié ante Benito Badilla, y en Argentina fui protagonista de un knock out doble, algo pocas veces visto, y terminé ganando porque me paré en el cuarto conteo, y el otro no se levantó. Toda mi experiencia trato de transmitírsela a mis niños, y les digo así por cariño, respeto. El municipio nos regaló desde los guantes hasta las colchonetas”, cerró Luis Arratia, otrora boxeador lajino.