Potencian cultivo de la remolacha a través de enfoque sostenible

La industria de la remolacha en Chile destaca por varios factores. Uno de ellos es su eficiencia. Además, es una de las que busca hacer un uso eficiente del agua a través del riego tecnificado con un medio ambiente en constante cambio, principalmente por el factor climático.

Hoy presenta otros desafíos los que se han ido trabajando desde la industria en conjunto con sus proveedores en Los Ángeles gracias al apoyo del Comité de Desarrollo Productivo, Corfo Biobío.

La consigna es conseguir la sinergia para disminuir la huella de carbono en los procesos porque impactan directamente en el medio ambiente, lo que genera un valor agregado importante para los clientes de las grandes empresas que buscan tener mayor conocimiento de dónde provienen sus insumos y el proceso de cada uno de ellos.

En la industria de la remolacha aparecen varios elementos a considerar para ser más sostenible. El uso de fertilizantes, la cantidad de lluvia caída y el estudio del suelo. Este último factor es clave para que el agricultor determine la cantidad de abono, riego y la huella de carbono que generará desde el proceso de siembra hasta la cosecha. La región busca ser carbono neutral de aquí al 2050.

Así dice el compromiso que firmó el gobernador regional, Rodrigo Díaz, en la COP 27 en Egipto. Y la agroindustria tiene mucho que aportar. La remolacha en la provincia de Biobío genera buenos resultados trabajando en conjunto con una línea de financiamiento del Comité de Desarrollo Productivo, Corfo Biobío a través del programa Desarrollo de Proveedores.

MÁS SUSTENTABLE Y RESPONSABLE

Roberta Lama, directora del Comité, destacó que el sector a través de la postulación de recursos públicos, logra demostrar que se puede tener una agroindustria más sostenible.

Aquí se unen empresas y proveedores. Los más grandes comprenden que deben ayudar a los más pequeños. Es una colaboración que da como resultado un impacto real en el ecosistema y una mejora importante en la industria agroalimentaria donde tanto empresa como proveedor se ven beneficiados generando un impacto positivo, afirmó.

Desde Fundación IDIA, Investigación, Desarrollo e Innovación Agroindustrial, han trabajado durante las últimas tres temporadas en diversos ensayos para dar con la fórmula óptima de trabajo con cada uno de los proveedores de Iansagro.

Para la directora ejecutiva de la fundación, Michele van Rysselberghe, el trabajo conjunto es clave. Hace tres años visualizamos que podíamos hacer más para reducir la huella de carbono y de agua con 25 agricultores de Los Ángeles. Se ha podido hacer gestión, tener resultados concretos en los índices y alcanzar las metas que nos propusimos al comienzo.

Uno de los agricultores que participó de los resultados del trabajo es Germán Hermosilla, quién destacó que la misión está en directa relación a las exigencias de Iansagro, proveedores y clientes. También destacó el programa del CDP, Corfo Biobío, que apunta a lo que hoy la industria necesita.

USO EFICIENTE DE LOS RECURSOS

El trabajo de investigación, huella del agua, de carbono y estudio de suelo ha servido para que el agricultor enfoque eficientemente  sus recursos. Con dichos datos, puede mejorar la cantidad de fertilizante y si realmente lo necesita, porque en la investigación se demostró que no necesariamente más fertilizante, significa mayor producción.

También es importante llevar una hoja de ruta de la cantidad de plantas sembradas y con un control que puede determinar una estimación de la cosecha final. Esto que se aplica hoy a la remolacha también tiene el potencial para otro tipo de cultivos.

La remolacha tiene un importante consumo en Chile y se exporta a diversos puntos del globo principalmente Asia y UE. Una industria que busca avanzar en procesos más sostenibles y donde es clave el trabajo colaborativo entre empresa y proveedores.