Investigadores académicos de la Universidad de Concepción detallaron un modelo para tratar y utilizar los desechos de los planteles porcinos, a través de su ensilaje y uso como fertilizantes, entre otras opciones de manejo. Todo lo anterior, considerando la norma de olores y el interés de los productores por respetarla.
El investigador del proyecto "Kit de bioensilaje para tratamiento de residuos industriales porcinos", Javier Ferrer, contó que "la idea nació como una alternativa de remediación de los purines (desechos) de los planteles porcinos, con el objetivo de modificar su olor y la calidad para que fueran más amigables con el medioambiente".
La directora de la iniciativa, Mónica Monterey, explicó que "cuando se supo que iba a salir la norma de olores, empezamos a trabajar con Asprocer (Asociación Gremial de Productores de Cerdos de Chile) para ver cómo lo iban a tomar".
MEJOR APROVECHAMIENTO DE DESECHOS
En relación al tratamiento de los purines ensilados, Ferrer detalló que "el agua tratada puede tener distintas aplicaciones, como producción de fertilizantes, por ejemplo. Implica un cambio para toda la industria, no solamente la porcina".
"La idea era generar un modelo más circular, donde se pueda disminuir el olor producido por los residuos, los gases de efecto invernadero y por otro lado, generar bio-moléculas o fertilizantes, considerando que es un residuo que genera problemas", destacó la directora.
Ferrer indicó que "las pruebas se han hecho a nivel de pequeña escala, pero a partir de las pruebas desarrolladas vemos que sí sería una idea viable", refiriéndose a la puesta en marcha de esta solución a uno de los grandes problemas que enfrenta la industria porcina de mayor tamaño.
"Los resultados se vislumbraron buenos. El costo de nuestro kit es alcanzable. La idea es que se amorticen los costos medioambientales y de tratamiento, considerando los costos actuales de los tratamientos de efluentes", aclaró Ferrer en entrevista con diario La Tribuna.
DIÁLOGO ACADEMIA-INDUSTRIA
El encargado de la investigación agregó que "el diálogo también es importante. En este caso fue bueno hablar con Asprocer, que se mostraron siempre propositivos. Nos apoyaron, por ejemplo, gestionando las muestras de efluentes".
"A la industria puede parecerle que la economía circular es un sueño, mientras en otros países ya está más avanzada. Pero nosotros tenemos herramientas y capacidades para llevar este tipo de proyectos a cabo", agregó.
Montory indicó que el diálogo con la industria y planteles "permitió ver cómo aportar desde nuestra parte y conocer los problemas que ellos tenían".