El gerente de la Asociación de Contratistas Forestales, René Muñoz Klock, desglosó las principales variables que han llevado a una merma de las exportaciones de productores forestales a los distintos mercados mundiales.
De acuerdo a datos del Instituto Forestal (Infor), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, las exportaciones forestales entre enero y septiembre de 2023 llegaron a los USD 4.175 millones, cifra que representó una caída de 20% respecto a igual período del año pasado.
A juicio de René Muñoz, el descenso se explica por los precios de compra en el extranjero, a lo que se suman situaciones a nivel interno, como los atentados que afectan al sector, además de los daños causados por los incendios forestales y las leyes en torno a la producción silvícola.
El dirigente preció que "la disminución está explicada por variables externas, como un precio debilitado de las maderas y la celulosa, producto de mayor oferta desde nuevas plantas, que hacen que el precio baje".
De hecho, las bajas más pronunciadas se presentaron en las molduras MDF (-59,6%), la pulpa cruda (-50,3%) y las molduras de madera de pino radiata (-47,3%).
Sin embargo, el dirigente puso acento en los problemas internos: "El tema de la seguridad hace que haya sectores en los que no es posible trabajar, dejando oferta en pie que no puede tomarse. Eso causa que se extiendan las distancias de abastecimiento y no se pueda competir con los precios de afuera porque a mayor distancia, el costo de producción es mayor".
Profundizó en el tema, indicando que "la violencia y la intencionalidad de los incendios es otra variable importante y toma fuerza en esta temporada 2023-2024, que se pronostica dura y difícil".
Por otro lado, en relación a las licitaciones y contratos, Muñoz Klock declaró que "su duración y la menor actividad que está generando la crisis influye directamente en los contratistas y la mano de obra, lo que hace que estando en este sector nos veamos afectados por ello".
El escenario en el rubro ha ocasionado "una importante reducción de mano de obra en aserraderos, plantas industriales y reorganización de empresas grandes".
El dirigente reconoció que "otra variable es la institucionalidad, referida a las leyes que regulan al sector, donde hemos visto un atraso importante. Por ejemplo, falta fomentar la forestación y la reforestación y crear el Servicio Nacional Forestal, que son temas que ayudarían a mejorar la situación del sector. Es le quita certezas y se refleja en la poca inversión. Al no haber certidumbres sobre la legislación que nos regula como sector, es que los capitales se van a otros países".
DIÁLOGO INTERSECTORIAL
Sobre la manera de enfrentar los desafíos, el dirigente de los contratistas forestales contó que "estamos agrupados en una organización que se llama Futuro Madera, que agrupa a seis gremios forestales, desde productores, a contratistas, ingenieros forestales y pymes madereras".
Esta agrupación, añadió, está "conversando con el Gobierno. Estamos sentados en la Mesa de la Madera, impulsada por el Instituto Forestal. Ahí están generándose líneas de acción respecto de las brechas actuales".
"El sector forestal siempre debe proyectarse a largo plazo, en un horizonte de entre los 12 y los 25 años, en el caso de especies introducidas, mientras que para las especies nativas se habla desde 60 a 100 años, entonces lo que dejemos de hacer hoy lo vamos a notar en 12 a 15 años más", precisó.
Por lo mismo, insistió en que "tenemos que sentarnos a conversar y ver cómo proyectamos el sector", haciendo un llamado a reflexionar en torno "a qué legislación incorporamos y qué instrumentos utilizamos, porque en 15 años más vamos a ver que nos va a faltar madera".
A su juicio, "hay que estar sentados en la mesa, y nosotros responsablemente, a través de Futuro Madera, estamos en esas mesas, conversando y viendo cómo se proyecta el sector".