Un estudio reciente de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign muestra que un grupo de bacterias editadas genéticamente pueden suministrar el equivalente a casi 16 kilos de nitrógeno del aire durante el crecimiento temprano del maíz, lo que puede reducir la dependencia del cultivo de fertilizantes nitrogenados.
La investigación, publicada en Agronomy Journal bajo el título "Inoculación del suelo con bacterias fijadoras de nitrógeno para complementar la necesidad de fertilizantes para maíz", genera expectativas sobre una posible disminución de los costos de producción para los agricultores.
METODOLOGÍA DEL ESTUDIO
Los investigadores aplicaron los productos en la siembra durante tres temporadas de campo utilizando prácticas agronómicas estándar para el maíz, incluyendo fertilizante de nitrógeno a 0, 40, 80, 120 o 200 libras por acre.
Luego midieron el nitrógeno en los tejidos de las plantas en la etapa V8 (ocho hojas completamente cubiertas) y en R1 (emergencia de los pelos), así como el rendimiento de grano al final de cada temporada.
RESULTADOS
La dilución del nitrógeno isotópico estable de la planta y el suelo mostró que la absorción adicional de nitrógeno en las parcelas inoculadas provenía de la atmósfera, complementando el suministro de suelo y fertilizante.
Además, se observó que el inoculante aumentó el crecimiento vegetativo del maíz, la acumulación de nitrógeno, el número de granos y el rendimiento, con incrementos promedio de 134 kg/hectárea y hasta 269 kg/hectárea en condiciones de fertilización moderada.
BENEFICIOS PARA LOS AGRICULTORES
Agregó que los productores "se podrían ver beneficiados al tener que reducir el uso de fertilizantes en sus cosechas gracias al uso de la biotecnología y la edición genética de microorganismos".
Pese a los resultados alentadores, la investigación se encuentra en una etapa temprana. Aunque los productos actuales no pueden reemplazar completamente a los fertilizantes sintéticos, el equipo de investigación confía en que la tecnología podrá mejorarse en el futuro para brindar beneficios aún mayores.
A nivel nacional, el doctor en Biología Molecular y director del Laboratorio de Genómica Funcional de la Universidad de Talca Simón Ruiz desarrolló un maíz transgénico que resiste 52 días sin agua.
La especie fue modificada con genes de un tomate del desierto de Atacama y mantiene un 80% del rendimiento bajo condiciones de extrema sequía. La investigación se llevó a cabo en la Universidad de Talca con fondos públicos.