"Estamos enfrentando no una amenaza futura, sino una realidad presente", advirtió el Dr. Ricardo Lizana, director del Centro de Energía de la UCSC, al comenzar su exposición sobre el hidrógeno verde en el ciclo Biobío 2050.
El académico partió contextualizando el problema: la correlación entre el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y el alza sostenida de la temperatura promedio global. "Las cuatro estaciones que cuando niños diferenciábamos tan claramente, en realidad ahora parecen ser solo dos. Además, estamos enfrentando grandes sequías e incluso megasequías", planteó.
El académico de la Facultad de Ingeniería de la institución penquista recordó que el Acuerdo de París, de 2015, establece un compromiso exigente para toda la sociedad: limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C, lo que implica reducir anualmente las emisiones en un 8%. Eso permitiría asegurarles el futuro a nuestros nietos, es decir, una generación más.
Sin embargo, recalcó que el 73% de las emisiones globales provienen del sector energético. "Los que trabajamos en energía somos los principales responsables del problema...y también debemos ser parte de la solución", afirmó.
En relación a la ruta de transformación energética, el Dr. Lizana presentó las seis claves tecnológicas que permitirían cumplir al 100% la meta de reducción de emisiones correspondientes al sector de la energía: un 25% corresponde a energías renovables, es decir, hacer nuestra matriz lo más verde posible, a lo que se suma la eficiencia energética (25%), electrificación (20%), biocombustibles (14%), captura de carbono (6%) e hidrógeno (10%).
Lizana defendió la posición estratégica del Biobío para el desarrollo de experiencias tempranas en esta materia. Lo ejemplificó con los siete puertos, ya que si se vuelven sustentables, a través de una operación verde, toda la carga que entra y sale de allí será más valorada en el exterior, por el impacto económico de una menor traza de CO2.
Agregó que el potencial de generación eólica offshore (en el mar) abre una nueva frontera para la producción de hidrógeno verde a gran escala. "No es solo producir hidrógeno, sino usarlo aquí: en fertilizantes, mezclas con gas natural y procesos industriales", señaló.
A ello sumó el capital humano: "Tenemos el 13% de la matrícula de pregrado y el 10% del posgrado del país", destacó y agregó que "la gente que se forma en esta región será la que le dará sustento a esta transmisión energética. Somos una región industrial y eso debería ser la base de la formación".
En el Campus San Andrés de Concepción, la UCSC ha implementado una microrred de paneles fotovoltaicos de 44KW, vehículos eléctricos y dos grúas horquilla eléctricas que funciona con celdas de combustible de hidrógeno. A ello sumaron una planta piloto de producción y uso del hidrógeno verde,
"El tiempo de recarga con hidrógeno de una grúa horquilla con nuestro dispensador es de solo dos minutos, al igual que en una estación de servicio. Esperamos ya el próximo mes llevarlo a terreno, levantar la data y validar que nuestra tecnología funciona", destacó Lizana.
Además, han desarrollado sistemas de respaldo energético que combinan baterías, supercondensadores y celdas de hidrógeno para estabilizar redes eléctricas. "Es la misma tecnología que desarrollamos para hacer estimulación cerebral, pero nos dimos cuenta que tenía una aplicación en energía y estamos desarrollando los últimos prototipos de forma de hacer validaciones experimentales y que se compruebe que esto es efectivo", explicó.
Otro de los focos estratégicos del Centro de Energía UCSC es la formación de capital humano. Por ello, han desarrollado programas de alternancia con establecimientos técnicos, como el Liceo Crisol de Mulchén, con más de 400 estudiantes que han sido parte de esta tarea. "No se trata de inventar una carrera en hidrógeno. Se trata de integrar sus aplicaciones en las disciplinas que ya existen", puntualizó.
El equipo del Dr. Lizana formuló también el proyecto de 20 MW en electrolizadores para la siderúrgica Huachipato, que producirá 1.550 toneladas de hidrógeno verde al año y evitará la emisión de 161 mil toneladas de CO₂. También diseñaron el sistema de respaldo con hidrógeno verde del Hospital de Antofagasta, junto a empresas locales.
Otra línea de trabajo se vincula al Festival REC de Concepción, el festival gratuito más masivo de Chile, cuya huella de carbono miden hace tres años consecutivos, aplicando la norma ISO 14.064-1, para entregar recomendaciones y hacer de éste un evento cada vez más sustentable.
Lizana cerró su intervención con una advertencia y un llamado. "No cometamos el mismo error que con el salitre o el cobre. El cambio de mentalidad debe ser que no solo exportemos materia prima, sino que generar los productos finales, generar la tecnología con el capital humano". A su juicio, el país tiene una oportunidad única: desarrollar productos con valor agregado, tecnología propia y capital humano local. "La transición energética debe tener sello regional. Esta es nuestra tercera oportunidad como país La primera fue el salitre; la segunda, el cobre. Esta vez, esta es nuestra gran oportunidad de ser exportadores de sustentabilidad", concluyó.
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