Vocación de profesor

Señora directora

Cada estudiante que decide ingresar a la Universidad para estudiar alguna carrera de Pedagogía debe tener claro que su decisión trae la responsabilidad de evocar mundos nuevos y desconocidos, hasta ese momento, para sus estudiantes. Un profesor o profesora tiene en sus manos nutrir la imaginación, apoyar, construir y proyectar en un estudiante a un futuro científico, artista, médico, escritor o tal vez a otro educador, que enseñará a soñar y a transformar los sueños en realidad.

La vocación de estudiar Pedagogía muchas veces se detecta en la enseñanza básica o media y en otras ocasiones en las prácticas progresivas de la malla curricular de la carrera. La vocación se refuerza cuando percibimos las caras de asombro de los estudiantes que asisten a las clases desde distintos contextos y modalidades educativas, ya sea en sectores rurales o en la escuela de la esquina de mi calle, ya sea en un liceo de adultos o en la enseñanza de personas con necesidades educativas especiales. De cualquier forma, es necesario recordar que en las manos de un profesor o profesora se encuentra ese poder de cambio.

Es un hecho la necesidad de contar con profesores de excelencia en las escuelas, colegios y liceos. Según estudios del Ministerio de Educación y de Elige Educar, se proyecta un déficit 26.273 profesores para el año 2025, hoy esa carencia ya se observa, pues los estudiantes que egresan de las universidades ingresan inmediatamente al mundo laboral. Además, tenemos una carrera docente que responde al sistema de desarrollo profesional docente (ley 20.903) que, sin lugar a duda, ha mejorado progresivamente las condiciones laborales, otorgando mayor bienestar profesional y, por qué no decirlo, también bienestar económico, optimizando las proyecciones de vida profesional.

Rodrigo Pradenas Aravena

Director de Pedagogía en Educación Diferencial

Universidad San Sebastián