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Con la aprobación del proyecto de "Ley Karin", que tuvo un respaldo unánime en la Cámara de Diputados y el Senado, se busca prevenir, investigar y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en el ámbito del trabajo.
Esta normativa fue denominada de esa manera en honor a Karin Salgado, quien perdió la vida tras sufrir acoso laboral en el Hospital de Chillán.
A través de una modificación del Código del Trabajo, se obliga a las empresas y a los órganos del Estado a que tengan un protocolo de prevención del acoso laboral y/o sexual y la violencia en el trabajo, reforzando un enfoque preventivo que estaba ausente en la regulación.
Al respecto, la seremi del Trabajo y Previsión Social en la Región del Biobío, Sandra Quintana, dialogó con diario La Tribuna y radio San Cristóbal para divulgar los detalles de esta nueva legislación y los alcances que tendrá para trabajadores y empleadores.
-¿De qué trata la Ley Karin que fue recientemente aprobada por el Congreso?
Este año ratificamos como país el Convenio 190 de la OIT sobre el acoso laboral y sexual en los espacios de trabajo. Esa ratificación era importante porque ante la comunidad internacional nosotros decimos que Chile está en proceso de incorporar estas temáticas en el ámbito laboral.
Sin embargo, para hacerlo efectivo debíamos tener una ley. ¿Qué se hace entonces? Dar fuerza en el Congreso a este proyecto de ley en que se previene, se investiga y se sanciona todo aquel acoso que tenga el trabajador, ya sea laboral o sexual en su espacio de trabajo.
-¿Y qué significa eso de aquí en adelante?
Que tenemos que generar un protocolo en cada empresa -o si no es un protocolo, cuando sean empresas con menos de 10 trabajadores - en que al momento de tener un contrato de trabajo, el empleador está obligado a decirle al trabajador cómo va a tratar el tema del acoso sexual y laboral.
Con empresas de más de 10 trabajadores se generará un reglamento que dirá cómo se va a prevenir y cómo se va a investigar, poniendo en resguardo la integridad de las personas, y también cómo sancionará el acoso laboral y sexual en los espacios laborales.
-¿Cuál sería entonces el trabajo del Estado para sentar las bases de lo que se considera como acoso sexual y laboral?
El problema es que el acoso sexual y laboral antes era visto como un comentario de pasillo, no existía un reglamento a donde pudiese recurrir el trabajador. ¿Y qué es lo que pasaba? El trabajador o trabajadora denunciaba pero como no se aplicaba ninguna medida, el empleado decidía retirarse del lugar, se iba o renunciaba.
Y eso sí ocasionaba estragos graves, porque una familia se queda sin sueldo, y encontrar nuevamente un trabajo es más complejo. Además, te queda una persona dañada, que luego entrará al campo laboral con temores. Eso es lo que estaba ocurriendo hasta el momento.
Lo que haremos ahora es que este trabajador, con estos protocolos, estará resguardado lo que significa, por ejemplo, que las mutualidades también tendrán que implementar medidas de recuperación para que el trabajador tenga medidas reparatorias en el espacio en que fue dañado por acoso laboral o sexual.
La Dirección del Trabajo lo regulará por el Código del Trabajo, pero la contraloría también recibirá todas aquellas denuncias que se hagan cuando la empresa, o en el caso del sector público, no se hagan las cosas como debe ser, o sea, a través de protocolos y procedimientos. La contraloría podrá aplicar a empresas o servicios alguna sanción, o también recurrir a tribunales laborales.
-¿Cuáles serán las garantías bajo las que estarán resguardados los trabajadores y trabajadoras frente a un posible despido por ejemplo?
La Dirección del Trabajo será la que protegerá a los trabajadores, lo importante es que se fiscalizará la existencia de estos protocolos en cada empresa con más de 10 trabajadores. En segundo lugar, frente a cualquier eventualidad donde la empresa tenga el protocolo y no lo siguió o el trabajador sigue sin medidas reparatorias, el afectado puede denunciar en la Dirección del Trabajo, y después también en tribunales.
No es menor que logremos esto y que las empresas entiendan, así como los trabajadores -porque el acoso también se da entre trabajadores- que todos entiendan que el espacio laboral tiene resguardos tanto físicos como psicológicos. Las personas no solo deben estar ocho horas en el mundo del trabajo en lo físico sino también en lo emocional.
Nadie debe sentir que es una carga ir a trabajar o que no hallo la hora de salir porque no me siento cómoda en este espacio de trabajo. Eso tiene que terminar.
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