Este martes, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier inicia su visita a Chile, y el enclave será uno de los temas centrales de su agenda. Mientras tanto, excolonos que viven en el lugar exigen ser escuchados.
El pasado domingo, un grupo de excolonos realizó una protesta bloqueando el acceso a Villa Baviera, denunciando que el lugar aún mantiene una estructura sectaria.
Inicialmente, la expropiación consideraba solo seis edificios específicos, pero el gobierno del presidente Gabriel Boric ha decidido ampliar el proceso a 116 hectáreas. El mandatario ha solicitado que el Estado tome posesión material de estos terrenos durante este año.
Este espacio forma parte del polígono declarado monumento histórico en 2016, no obstante, la gran mayoría de estos territorios son de propiedad privada.
El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, explicó que la expropiación abarcará "una parte de este lugar que fue utilizado principalmente durante la dictadura militar como campo de concentración y prisión política, donde se cometieron algunas de las peores atrocidades de nuestra historia: torturas y desapariciones forzadas de chilenos y chilenas".
El plan contempla la expropiación de toda el área urbana, incluyendo las viviendas actuales, la casa del líder de la secta Paul Schäfer, el restaurante, el edificio administrativo, la bodega de papas, el hospital y la portería.
Además, se prevé la construcción de un camino para conectar sitios clave, como las fosas donde se hallaron archivos y posibles restos de víctimas de la dictadura.
El ministro de Vivienda, Carlos Montes, calificó este proceso como "un desafío de la conciencia nacional", subrayando la necesidad de convertir el lugar en un espacio de reflexión. "¿Cómo llegamos a este nivel de salvajismo, particularmente en un sitio como este?", se preguntó, recordando que en la colonia también se perpetraron abusos sexuales contra menores.
Este mes se cumplen 20 años desde la captura de Paul Schäfer en Argentina. Coincidiendo con este hito, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier visitará Chile. Durante su mandato como ministro de Relaciones Exteriores, en 2016, Steinmeier reconoció la responsabilidad moral de Alemania en este caso. Su agenda incluye un encuentro con víctimas y expertos en el Museo de la Memoria en Santiago.
Fundada en 1961 en la Región del Maule, a 350 km de Santiago, Colonia Dignidad fue creada por el predicador alemán Paul Schäfer y unos 300 seguidores. Con el respaldo del Estado chileno y beneficios fiscales, construyeron un asentamiento autosuficiente con actividades agrícolas, forestales y productivas.
Sin embargo, tras la fachada de comunidad trabajadora, Schäfer -quien escapó de Alemania tras ser acusado de abuso sexual infantil- estableció un régimen sectario.
Aplicó brutales castigos, separó familias y obligó a colonos a trabajar en condiciones de esclavitud. Además, en colaboración con la dictadura de Augusto Pinochet, la colonia se convirtió en un centro de detención, tortura y desaparición de opositores políticos.
En su apogeo, la colonia abarcó más de 17.000 hectáreas. Sin embargo, tras diversas ventas y remates judiciales para indemnizar a víctimas, actualmente se estima que conserva alrededor de 7.000 hectáreas. De estas, 183 fueron declaradas monumento histórico en 2016, incluyendo el poblado, las edificaciones principales, el hospital, algunas fosas, el acceso y la pista de aterrizaje.
Entre los actuales y antiguos residentes hay posturas encontradas. Este lunes, representantes de la Asociación por la Verdad, Justicia, Reparación y Dignidad de los ex Colonos (ADEC) bloquearon el acceso al recinto turístico que hoy funciona en Villa Baviera, donde hay un hotel y un restaurante.
Los manifestantes exigen el desmantelamiento de la excolonia y el pago de más de cuatro décadas de salarios adeudados. "Nosotros ya estamos expropiados, pero por quienes hoy administran la ex Colonia Dignidad. Creemos que la expropiación debe beneficiar directamente a los colonos y no a las empresas controladas por los hijos de los jerarcas", afirmó Winfried Hempel, excolono y abogado de las víctimas.
Asimismo, enfatizó que "los residentes no deberían ser expulsados, sino tener la posibilidad de seguir viviendo ahí". También lamentó que representantes de ADEC no hayan sido invitados al encuentro con el presidente alemán en el Museo de la Memoria.
Mientras tanto, la administración actual de Villa Baviera apoya la creación de un sitio conmemorativo, pero teme que la expropiación los obligue a desalojar sus viviendas y negocios. La ampliación de los terrenos expropiados, solicitada por organizaciones de derechos humanos y familiares de detenidos desaparecidos, genera tensión entre las partes involucradas. Además, el litigio por los pagos correspondientes a la expropiación podría retrasar el proceso.
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