En marzo de 2023 esperan que recinto estación de San Rosendo sea monumento histórico nacional

Don Sigisfredo Alarcón Pezo mira la carbonera a la distancia y sus palabras brotan entusiastas. Dice que la monumental estructura que domina la estación de ferrocarriles de San Rosendo, única en su tipo en Sudamérica, le perteneció durante varios años.

Es que él llegó en 1967  con apenas 19 años  a emplearse como tratero para realizar el agotador trabajo de vaciar los trenes repletos de carbón, combustible que era arrancado desde las entrañas de la tierra en las minas de Lota para alimentar a los trenes a vapor que serpenteaban por todo el país.

Era la época romántica del servicio ferroviario cuando los trenes anunciaban su llegada a las estaciones con el sonido y el vapor que escapaba de su sala de máquinas.

Sin embargo, en los años 70 irrumpieron los carros empujados por la energía eléctrica, se prescindió del carbón y la carbonera ya perdió su razón de ser. Para don Sigisfredo, fue también la obligación de realizar un oficio distinto. Fue así como derivó en la mecánica, aprendiendo a reparar carros y máquinas para que volvieran a funcionar.

Cuando mira la carbonera, mudo testigo de una época dorada, piensa en cómo esa magnífica estructura fue entregada a los vándalos y al olvido. Si la hubiesen cuidado, ahora estaría impecable. Pero no lo hicieron, se robaron todo, se lamenta.

Sin embargo, ahora tiene esperanzas que la carbonera y todo el recinto de la estación de ferrocarriles puedan recuperar parte de su esplendor. Él y varios de sus vecinos estuvieron este jueves en la ceremonia de término de la primera fase del proyecto Puesta en valor del patrimonio cultural e industrial Lota  San Rosendo, financiado por el Gobierno Regional del Biobío por un monto de 162 millones de pesos.

En la ceremonia se contaron detalles del trabajo que realiza la fundación Procultura y se distribuyeron postales con fotografías patrimoniales de la comuna de San Rosendo.

Ese esfuerzo apunta a que el recinto ferroviario sea declarado Monumento Histórico Nacional. El expediente fue presentado a mediados del año pasado y contiene todos los antecedentes que justifican tal petición, trabajo realizado con participación de la ciudadanía.

El alcalde Rabindranath Acuña destacó la importancia de ese trabajo de rescate patrimonial porque permitirá que el recinto  que pertenece a la Empresa de Ferrocarriles del Estado  sea protegido. A partir de ahí, nosotros postularemos proyectos para darle vida, como circuitos de contemplación, mejoramiento de edificios y puesta en valor del patrimonio.

Según el jefe comunal, la solicitud de monumento histórico nacional debiera resolverse de manera satisfactoria en marzo de 2023, justo cuando la estación de ferrocarriles cumpla 150 años desde que iniciara sus operaciones.

COMPLEJO FERROVIARIO

Durante 1929 se inició la construcción en San Rosendo del complejo de edificios industriales de características monumentales, destinados a los requerimientos de mantención de los trenes a vapor de la época. Recién en 1934 se terminaron dichas obras.

En un principio, fueron la casa de máquinas y la carbonera. La primera instalación fue construida bajo un modelo único en todo el país, con un diámetro de 100 metros, y era capaz de atender simultáneamente a 36 máquinas de vapor. La segunda, con una altura de 42 metros y con una capacidad para 450 toneladas de carbón, es considerada única en su tipo en Chile y Sudamérica.

A estas moles de hormigón armado se sumaron dos copas de agua con una capacidad para 50 mil litros y edificios de maestranzas, materiales y oficinas, los cuales configuraron un recinto ferroviario donde llegaron a trabajar 400 funcionarios.

Sin embargo, en los años 70 comenzó en Chile una progresiva disminución de la actividad ferroviaria, lo que provocó desde entonces una crisis insalvable para la comuna. Así, con los años, las monumentales instalaciones del conjunto quedaron en un total abandono y deterioro.

Actualmente, el conjunto se compone de la casa de máquinas con tornamesa, dos torres de agua, el taller de fabricaciones, galpón de coches, la casa de administración, bodegas y la carbonera.

Si bien la Casa de Máquinas es única en Chile (por su tamaño y forma circular cerrada), la monumental carbonera, además de ser única en Sudamérica, se puede considerar un símbolo del origen industrial de la ciudad, dispuesta como un gran objeto escultórico en medio de la planicie.