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La Tribuna

Tradición y fe: Santa Bárbara congregó a cerca de 4 mil fieles en su santuario histórico

por María Paz Rivera Arévalo

actividad cultural / Municipalidad de Santa Bárbara

Cada año, la comunidad de Santa Bárbara se viste de fiesta para honrar a su Santa Patrona, un símbolo de protección para los artilleros, bomberos, mineros y la naturaleza. 

Este 4 de diciembre, más de 3.500 peregrinos participaron en la festividad religiosa que, tras la pandemia, recuperó sus expresiones más emblemáticas.

La veneración a Santa Bárbara tiene profundas raíces históricas. En 1756, la Reina de España, doña Bárbara de Braganza, envió la imagen de la santa para proteger el valle donde se encontraba el fuerte que llevaba su nombre. 

Esta devoción no solo ha perdurado, sino que también ha sido un pilar de la identidad local. Es el tercer santuario más antiguo de la región del Biobío, solo superado por los de San Sebastián de Yumbel y la Virgen de San Carlos.

Durante la Independencia, el santuario tuvo un papel crucial. Bernardo O’Higgins, entonces agricultor de la hacienda Las Canteras en Quilleco, lo frecuentaba para reuniones estratégicas, mientras que la misión franciscana liderada por Fray Gil Calvo impulsó acciones que favorecieron la adhesión del fuerte al movimiento independentista.

UNA FESTIVIDAD LLENA DE SIMBOLISMO  

Según Jaime Sanhueza, encargado del Departamento de Turismo y Patrimonio de la Municipalidad de Santa Bárbara, la edición de este año contó con la participación de peregrinos provenientes de toda la zona cordillerana, quienes comenzaron a llegar desde la madrugada en caravanas de caballos. 

"Muchos peregrinos llegaron desde Antuco, Tucapel, Quilleco, Quilaco y Mulchén. El Destacamento de Montaña Nº 17 de Los Ángeles rindió honores con una guardia de honor y una banda que recibió a la imagen en la entrada del centro de eventos. Carabineros también se hizo presente con un homenaje", comentó Sanhueza.

Las actividades comenzaron el 26 de noviembre con la tradicional novena y alcanzaron su punto culminante el 29 de noviembre con la procesión nocturna de antorchas, un evento que no se realizaba desde antes de la pandemia. Las antorchas iluminaron el casco histórico de la ciudad, ofreciendo una experiencia única para los fieles que no pudieron asistir el día principal.

La devoción continuó el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, cuando se celebraron misas especiales para los peregrinos. Estas ceremonias reforzaron el vínculo de esperanza y fortaleza que Santa Bárbara representa para la comunidad. Además, los feligreses pudieron tocar la imagen de la santa, algo considerado como un acto milagroso que genera profunda emoción entre quienes participan.

ENTRE FE Y HERENCIA  

La imagen tallada en madera es conocida por su característica mano extendida, un gesto que permite a los fieles tomar contacto directo con ella.

Esto ha dado lugar a conmovedoras manifestaciones de gratitud, desde llantos hasta exclamaciones de alegría, especialmente hacia "Barbarita", como cariñosamente la llaman los devotos.

La importancia de esta festividad también radica en su papel como eje cultural e histórico del valle. Registros que datan de 1769 documentan cómo el comandante del fuerte solicitó refuerzos para atender a la creciente cantidad de peregrinos, lo que demuestra la magnitud de la devoción desde sus inicios.

Desde entonces, Santa Bárbara se ha consolidado como un símbolo de protección, tanto en tiempos de guerra como ante desastres naturales.

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