Sin graderías para el público, con canchas que se inundan en invierno, baños sin artefactos y pasto que crece sin la debida mantención ni control: Los espacios deportivos de Los Ángeles no solo muestran abandono, sino también un riesgo para quienes ocupan dichas instalaciones.
Así concluye el informe de la Comisión de Deportes de la Municipalidad presentado por el concejal Alejandro Cano, tras una semana de inspecciones en terreno por los principales recintos deportivos de la comuna.
Lo que en el papel son espacios para fomentar la vida sana y la actividad física, en la práctica enfrentan una larga lista de deficiencias que comprometen tanto su funcionalidad como la seguridad de quienes los utilizan, se advierte.
El Complejo Deportivo Cantarrana, sede habitual de torneos de fútbol, es uno de los más afectados.
La imagen que se repite entre los vecinos es de pastizales desbordados -potencial foco de incendios-, una única persona encargada de la mantención sin los implementos necesarios y camarines con calefón, pero sin gas.
A eso se suma la falta de señalética de prevención, accesos que se vuelven intransitables en época de lluvias, y lo más grave: la ausencia de un desfibrilador externo automático (DEA).
Tampoco hay graderías ni una vía habilitada para ambulancias, factores que aumentan la vulnerabilidad del lugar frente a cualquier emergencia, detalla el informe.
Se indica que uno de los hallazgos más alarmantes del recinto es un tablero eléctrico con cables al aire, justo donde deportistas y niños realizan actividades a diario.
Las mallas perimetrales están deterioradas, las tapas de los desagües brillan por su ausencia, y los camarines presentan condiciones insalubres.
Aunque se han instalado baños nuevos, aún no cuentan con artefactos, dejando en evidencia una falta de planificación.
El informe también alertó sobre un consumo eléctrico excesivo, sin soluciones a la vista.
Con ventanas rotas o ausentes, aros de básquetbol dañados y focos quemados, el Gimnasio Municipal refleja un abandono que se arrastra hace años, se concluye en el informe de la Comisión.
Y si bien es un recinto clave para la práctica deportiva, permanece cerrado los domingos por falta de personal. El diagnóstico es claro: Se necesita una remodelación completa para que vuelva a estar a la altura de la demanda comunitaria.
Se detalla que el Complejo Orompello presenta un cierre perimetral dañado, iluminación deficiente y una carpeta de cancha en mal estado. Algunos sectores presentan riesgo de ocupación irregular, y las fosas eléctricas sin tapas completan un cuadro preocupante.
El Complejo Talcahuano, que ya arrastraba daños estructurales desde el terremoto de 2010, hoy suma filtraciones en su piscina que afectan incluso a viviendas vecinas. El sistema de alcantarillado está obsoleto y se requieren bombas, llaves de paso y mejoras urgentes en la infraestructura para el personal.
En el Estadio Municipal, los camarines y baños están inutilizables, el alcantarillado presenta fallas y las deficiencias eléctricas exigen atención inmediata. Pero el símbolo del estancamiento es la pista atlética, cuyo proyecto lleva tres años en espera del Instituto Nacional del Deporte (IND), sin avances concretos.
El Polideportivo, uno de los centros más concurridos por la comunidad, tampoco se salva. Las filtraciones en techumbre, enchufes en mal estado y tapas de registro faltantes, además de baños deteriorados, reflejan una mantención insuficiente. Incluso la sala de squash presenta goteras desde hace años sin ser reparadas.
La Comisión de Deportes concluyó el informe con un llamado claro: priorizar la recuperación de estos recintos, utilizados por clubes, escuelas, organizaciones comunitarias y vecinos.
La Municipalidad se comprometió a buscar los recursos necesarios, pero el desafío no es menor: se trata de reconstruir, mantener y proyectar los espacios deportivos que hoy están lejos de ser dignos.
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