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Piden realizar limpieza profunda al Quilque para evitar nuevos desbordes

El anegamiento en las calles Villagrán y Almagro, en el centro de Los Ángeles, reflotó la urgencia de tomar acciones oportunas para evitar ese tipo de episodios.

Así se veía la calle Almagro en la madrugada del viernes por la crecida del estero Quilque., Cedida
Así se veía la calle Almagro en la madrugada del viernes por la crecida del estero Quilque. / FUENTE: Cedida

Si las lluvias hubiesen continuado en la madrugada del viernes, la historia se habría contado de una manera muy diferente. Alrededor de las 3 de la mañana se ese día, el estero Quilque - que atraviesa el área céntrica de la ciudad de Los Ángeles de oriente a poniente - volvió a salirse de su cauce. Dos horas más tarde, debido al cese de las precipitaciones, el curso fluvial volvió a sus márgenes habituales.

En ese lapso, se pensó lo peor. En el recuerdo estaban las ocasiones en que el estero Quilque se ha desbordado y ocasionado daños enormes a los locales y establecimientos comerciales. Ni hablar de las oportunidades en que el río escapó de cualquier control, como el 11 de julio de 2006. O en 1959. O en 1949. En esos años, le agua llegó al metro y medio en los recintos situados en sus márgenes.

El pasado viernes, hubo locales a orillas del Quilque en que el agua alcanzó a entrar. En la librería "Librakos", justo en la ribera sur del Quilque, por calle Almagro, el agua alcanzó a los cinco centímetros. No produjo daños mayores pero ese viernes no pudo abrir al público hasta secar completamente las instalaciones.

Su propietario es Andrés Venegas. Esa madrugada fue advertido que el río se estaba saliendo. Cuando llegó, el panorama era poco alentador. El agua cubría el piso de su establecimiento comercial. Lo positivo fue con el paso de los minutos, el nivel no siguió subiendo.

Sin embargo, al revisar las cámaras de evacuación de aguas lluvia, repara en que están tapadas completamente con todo tipo de basuras. Sospecha, además, que justo bajo las calles donde el Quilque sigue su camino por el medio de la ciudad, debe haber todo tipo de desechos. Desde ramas de árboles hasta muebles. El estero es un gran botadero de todo tipo de desperdicios.

El problema es que cuando llueve de manera excesiva, esas basuras comienzan a represar el agua y anegan los locales ubicados en sus orillas.

"Se debe hacer una limpieza profunda", señaló, apuntando a que esa labor debiera realizarla el municipio o la Asociación de Canalistas del Laja.

Mario Lama, que tiene su local en el costado norte del Quilque, recuerda que las veces que han colocado redes aguas arriba del estero, se ha encontrado una enorme cantidad de desechos de lo más diverso.

A su juicio, es importante tomar medidas de manera oportuna para reducir los riegos de inundaciones, tanto con la limpieza del cauce como con acciones previas que permitan la circulación del agua.

De esta manera, se reducirían las consecuencias negativas que, de cuando en cuando, son causadas por los desbordes del estero Quilque en Los Ángeles.




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