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La Tribuna

La sorprendente historia del rifle peruano que fue entregado a Carabineros de Biobío

por Juvenal Rivera Sanhueza

El arma, que fue entregada de manera voluntaria a la unidad policial durante este año, fue usada por los soldados peruanos contra el Ejército de Chile durante la Guerra del Pacífico.

Los rifles y escopetas entregados a Carabineros en Biobío. / La Tribuna

En lo que va corrido de este año, un rifle fue entregado de manera voluntaria a Carabineros de la provincia de Biobío. No está claro si fue de manera anónima y la persona que lo proporcionó dejó sus antecedentes (ese detalle solo lo conoce la policía uniformada).

El arma fue parte del medio centenar de rifles, escopetas, pistolas, revólveres y municiones que fue expuesto por la autoridad fiscalizadora y el OS 11 de carabineros, como parte de la campaña "Entrega tu Arma".

Lo que quizás no sabría esa persona que entregó el rifle es que esa pieza bien podría estar en algún museo. Una pista de su antigüedad se encuentra a la vista, en el lomo de esta arma larga. Se lee "Modelo Peruano 1873". Un poco más difusa está la inscripción "Sistema Bormueller".

Revisando la información disponible en los sitios web del vecino país, se trata de un arma del Ejército peruano que fue una de las más usadas durante la Guerra del Pacífico. Entre 1879 y 1883, nuestro país se enfrentó a Perú y Bolivia.

Poco antes, a inicios de esa década, el gobierno del vecino país - después de analizar varias opciones - ordenó la elaboración de 5 mil rifles con esas características para dotar de poder de fuego a los soldados de su Ejército. Se le conoció como el "fusil peruano o Castañón" por el coronel Emilio Castañón que ordenó su modificación respecto del modelo original elaborado por el francés Antoine Chassepot. Básicamente, el rifle se ciñó al modelo galo pero tomó prestadas algunas características de otras armas similares. Un ensamblaje que buscaba contar con un fusil adecuado a las necesidades de la tropa.

Elaborado en dos fábricas en Alemania, sus principales características eran el alcance máximo de mil 600 metros, una cadencia de nueve tiros por minuto y el uso de cartucho metálico para evitar que el agua afectara la pólvora (eso era un gran avance para la época).

Sin embargo, de acuerdo a la descripción de los especialistas en armas, esos fusiles - por ser una mezcla de varias piezas- tuvieron varios defectos, algunos sin solución.

Por ejemplo, su sistema de cerrojo no funcionaba con precisión y los cartuchos de uno de las quedaban medio milímetro más adentro de la recámara (el percutor no alcanzaba el fulminante del cartucho y no disparaba). Además, el resorte tenía serios defectos, una falla considerada insalvable en esa clase de sistemas.

Es posible que algún soldado chileno lo trajera al país como parte del botín de guerra. Antes era muy común que los combatientes de trajeran armas o especies de alto valor desde los frentes de batalla.

Después que el Ejército chileno entró en Lima, en el marco de la Guerra del Pacífico, se debieron extremar las órdenes para contener los saqueos en la capital del vecino país.

¿Cómo un rifle peruano llegó a un mostrador en la Primera Comisaría de Los Ángeles? No se sabe. Quizás la historia del fusil la podría explicar la persona que entregó el arma en la unidad policial.

En la jornada de este miércoles, se habló de las municiones, y de las armas largas y cortas que fueron entregadas durante este 2024 y cuyo inevitable destino - por ley - es del Ejército (en la Región Metropolitana), para ser completamente destruidos.

Sin embargo, existen casos en que una comisión ad-hoc analiza la situación puntual de algunas armas que tienen valor histórico. En esa condición podría entrar el "fusil peruano" que quizás qué camino recorrió antes de llegar a una unidad policial.

ENTREGA DE ARMAS

Por cierto, el capitán Alonso Carrasco, de la Primera Comisaría de Carabineros de Los Ángeles, hizo ver que las entregas voluntarias de armas desligan de cualquier responsabilidad a la persona que lo hace.

El oficial policial aseguró que con esta acción, "prevenimos que estos armamento caigan en manos de los delincuentes y que se usen en delitos violentos".

Quien quiera entregar las municiones y armas (cortas y largas) solo "se debe acercar de manera voluntaria a la unidad policial o en la oficina de la autoridad fiscalizadora, de manera anónima o dejando sus antecedentes".

El teniente Armin Molina, encargado del OS 11 en la provincia de Biobío, hizo ver los casos en que "una persona tuviera guardada un arma por mucho tiempo en su casa pero el llamado es que puedan entregarla en cualquier unidad policial o en las oficinas de la autoridad fiscalizadora en calle Valdivia 123, cuarto piso".

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