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Desde el 1 de enero de 2025, el ingreso mínimo mensual en Chile para personas entre 18 y 65 años se fijó en $510.500, un incremento clave que ya se encuentra vigente y debe ser aplicado en las próximas remuneraciones. Este reajuste se enmarca en la Ley 21.578, que vincula las alzas del salario con la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores.
El IPC acumulado entre julio y diciembre de 2024 alcanzó un 2,1%, cifra que determinó el aumento del salario mínimo.
Las autoridades confirmaron que el índice cerró el año con una variación anual del 4,5%. Este mecanismo de ajuste permite que los ingresos de los trabajadores se mantengan acordes a las fluctuaciones económicas, asegurando mayor estabilidad ante la inflación.
El aumento de enero no será el único para este año. La normativa establece que en mayo de 2025 habrá un segundo reajuste del ingreso mínimo, cuyo monto será definido en los próximos meses. Según la legislación, el Presidente de la República deberá presentar al Congreso un proyecto de ley con la nueva propuesta de aumento antes de abril de 2025.
El ajuste no solo afecta el sueldo mínimo, sino que también impacta beneficios como la Asignación Familiar, la Asignación Maternal y el Subsidio Familiar, los cuales experimentarán un incremento proporcional.
En caso de que la aprobación del segundo reajuste enfrente retrasos en el Congreso, la normativa garantiza el pago retroactivo del nuevo monto desde mayo, asegurando que ningún trabajador quede fuera del beneficio.
Este aumento ofrece un alivio financiero y fortaleciendo la seguridad social. La medida representa un paso importante en la mejora de las condiciones laborales y económicas del país.
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