Editorial

Covid-19

La pandemia del covid-19 sigue plenamente vigente. Aunque desde el 1 de octubre se levantó la obligación de usar mascarillas y tampoco existen limitaciones de aforo en espacios cerrados, la evidencia epidemiológica revela un fuerte crecimiento de los contagios desde el inicio de las medidas de desconfinamiento generalizado para procurar el retorno a condiciones de relativa normalidad.

Los propios datos que están en manos de las autoridades sanitarias revelan que los contagios se elevaron en un 60% en las primeras dos semanas desde que no se comenzó a hacer exigible el uso de tapabocas. Hasta este momento, las hospitalizaciones por cuadros graves del covid-19 siguen estables, en buena medida por la masiva vacunación que alcanza a más del 90% de la población en sus dos dosis. De acuerdo a los especialistas, las aplicaciones de esquemas completos de inoculación han sido claves para frenar la ocurrencia de cuadros de mayor gravedad, evitando la saturación de los servicios sanitarios.

El fenómeno no solo ocurre en nuestro país. A nivel mundial, solo la semana pasada hubo más de 3 millones de casos nuevos y 11 mil 150 muertes. Las cifras marcan un retroceso importante respecto de las tasas de casos y las tasas de mortalidad que a fines de septiembre habían alcanzado sus puntos más bajos. Sin embargo, ahora las muertes ahora están volviendo a aumentar.

El panorama no es muy halagüeño. A la par del aumento de contagios, también se percibe cada vez mayor relajación en las medidas de resguardo. Cada vez son menos las personas que emplean mascarillas, especialmente en lugares con aglomeración de personas o en el transporte público.

Los especialistas sugieren la continuación del plan de vacunación y la realización de intervenciones no farmacológicas, puntualmente volver a usar mascarillas, retomar las medidas de distanciamiento social y evitar aglomeraciones en espacios cerrados.

La mortalidad va al alza nuevamente después de su estabilización en los últimos meses. Porque se debe tener presente que no existe la vacuna para prevenir el contagio, solo se cuenta con una alternativa que disminuye el riesgo de enfermar gravemente y morir.

Por lo mismo, los expertos son claros en remarcar que la pandemia aún está fuera de control y los índices de mortalidad y enfermedad son inaceptables en comparación con otros virus que circulan de manera anual.

Haberse contagiado tampoco otorga una inmunidad mayor para evitar volver a enfermarse. Hay casos de pacientes que han contraído el covid-19 hasta en tres ocasiones.

Tampoco se puede perder de vista un dato muy relevante: las investigaciones científicas ratifican el impacto neurológico de la infección, incluso en aquellos que no enferman de gravedad.

Por lo mismo, solo queda la herramienta del autocuidado. Tomar los resguardos es fundamental para evitar una nueva ola de contagios que suele ir de la mano de un incremento en las hospitalizaciones.

No se ha terminado la emergencia sanitaria, pese pareciera que ya no es tal, que ya no reviste mayor gravedad. Sin embargo, la pandemia del covid-19 sigue, está plenamente vigente. Esa es una realidad con la cual deberemos seguir conviviendo, más allá de las disposiciones de las autoridades de salud.

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