Editorial

Energía solar

sistema fotovoltaico, naturaleza, Pixabay
sistema fotovoltaico, naturaleza / FUENTE: Pixabay

Uno de los grandes cuellos de botella para la generación de energía eléctrica es la posibilidad de transportarla hacia los puntos de conexión para, desde ahí, distribuirla hacia las ciudades, fábricas e industrias. De ahí que, por ejemplo, la provincia de Arauco, que tiene un enorme potencial eólico, ha visto frenada la materialización de potentes inversiones proyectadas en el territorio debido a que no tiene manera de trasladar la energía.

En cambio, nuestra provincia de Biobío, debido al desarrollo energético a gran escala iniciado en la década del 40 con el complejo construido en el curso superior del río Laja, ha visto multiplicarse las líneas de alta tensión. Además, la subestación Charrúa, situada en la comuna de Cabrero, es uno de los mayores nodos energéticos del país que redistribuye la energía al resto del país.

Esa condición ha sido uno de las que propició que en la zona de Cabrero se instalaran plantas eléctricas. Debido a la ausencia de fuentes renovables, como el agua, durante años fueron básicamente a petróleo. Su aporte fue fundamental en los años ’90 debido a las que las grandes sequías redujeron de manera significativa los embalses de generación, uno de los cuales es el lago Laja.

Sn embargo, los tiempos cambian. Lo que fue aceptado como una opción, ahora se desecha. De hecho, el calentamiento global ha obligado a los países del mundo a implementar políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente en el rubro de generación con combustibles fósiles.

Este contexto fue el detonante para que primero en Cabrero y luego en la zona de Los Ángeles, se exploraran nuevas alternativas de generación de electricidad, como la eólica y solar. Y los estudios realizados hace décadas demostraron la capacidad de producir energía a través de ambas opciones, más aún cuando

La energía solar se abre a pasos agigantados en la provincia de Biobío. Desde aquel primer proyecto que emplea esa fuente de generación, ingresado en abril de 2019 a tramitación en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), más de una treintena de iniciativas similares se han presentado ante dicha instancia.

De hecho, como parte de este proceso, en agosto del año de 2021 se echó a andar el parque solar Cabrero - perteneciente al grupo ATCO, de origen canadiense- que permite abastecer a unas 4 mil viviendas de la región.

Se trata de la punta de lanza de un proceso que parece irreversible que, a nivel regional, tiene su foco en la comuna de Los Ángeles y que también abarca a las comunas vecinas, como Cabrero, Antuco, Laja y Mulchén. Hay varios con aprobación ambiental y otros tantos en pleno trámite.

Sin embargo, tampoco debe perderse de vista que la necesidad de aportar energía limpia y renovable para el país no puede ser cualquier costo. Se tiene que considerar el impacto en las comunidades cercanas y la manera en las afectaciones por este tipo de iniciativas, sean debidamente mitigadas y compensadas durante a construcción y operación del proyecto. También las autoridades del sector deben asumir un protagonismo mayor para conducir los procesos de deliberación ambiental, de manera que  se satisfagan los requerimientos de la empresa pero también de los residentes.

Hecho lo anterior, sin duda que el aporte de la energía solar es bienvenido, absolutamente necesario para cambiar la matriz energética del país hacia fuentes renovables, no contaminantes.

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