Editorial

Asma y contaminación

medicamento, niño, enfermo, Pixabay
medicamento, niño, enfermo / FUENTE: Pixabay

Este 7 de mayo en el mundo conmemora el Día Mundial del Asma, es un momento oportuno para reflexionar sobre la importancia de esta enfermedad respiratoria y su relación con la calidad del aire, especialmente la incidencia de la contaminación en las regiones del sur de Chile. Es que los otoños e inviernos traen consigo no solo el frío, sino también problemas de contaminación atmosférica debido al uso extendido de chimeneas para calefacción domiciliaria.

En ciudades como Los Ángeles, en que el crecimiento de la ciudad viene aparejado del incremento de la necesidad de entibiar los hogares para hacer más llevaderos los tiempos fríos, la calidad del aire debería ser una prioridad indiscutible. Sin embargo, desde abril hasta agosto, se deben encender las estufas, desatando problemas para la salud respiratoria de la comunidad, afectando principalmente a los grupos de mayor riesgo, como niños de hasta dos años, pacientes respiratorios y personas mayores.

El humo que emana de las estufas no solo contribuye a la contaminación visual y atmosférica, sino que también agrava las condiciones de salud de quienes sufren de asma y otras enfermedades respiratorias. El asma, una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias, puede causar síntomas debilitantes como dificultad para respirar, opresión en el pecho, tos y sibilancias. Para quienes viven con esta afección, cada respiro puede llegar a ser un desafío, y la presencia de contaminantes en el aire solo agrava esa condición.

La situación se vuelve aún más preocupante cuando consideramos que el asma no es una enfermedad exclusiva de adultos. Muchos niños en el sur de Chile también sufren de asma, lo que los hace especialmente vulnerables a los efectos nocivos de la contaminación del aire.

Aunque hace más de una década que se cuenta con un Plan de Descontaminación, que ha significado el cambio de calefactores por equipos más inocuos que funcionan con electricidad o a pellet, es imperativo que tomemos medidas más concretas para abordar tanto el problema de la contaminación del aire como el cuidado de aquellos que viven con asma.

Es necesario incentivar y, cuando siendo necesario, subsidiar el uso de tecnologías más limpias de calefacción, como estufas a pellet o sistemas de calefacción eléctricos, así como fomentar prácticas más sostenibles que reduzcan las emisiones contaminantes.

Además, debemos garantizar que aquellos que viven con asma tengan acceso a la atención médica y los medicamentos que necesitan para controlar su enfermedad. Esto incluye no solo proporcionar tratamientos efectivos, sino también educar a la comunidad sobre cómo prevenir y manejar los ataques de asma, así como promover estilos de vida saludables que ayuden a mantener las vías respiratorias libres de obstrucciones.

En este Día Mundial del Asma, el llamado a redoblar los esfuerzos para proteger la salud respiratoria de la población y la de las generaciones futuras. Al tomar medidas más concretas y eficaces para combatir la contaminación del aire y apoyar a quienes viven con asma, se dará paso a un entorno definitivamente más saludable en Los Ángeles y en todas las ciudades afectadas por el problema de la contaminación del aire.

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